Opinión

Viene lo peor

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Lunes 4 de diciembre de 2023

Andrés Manuel López Obrador fue catalogado como un peligro para México y no ha defraudado tales expectativas.

López Obrador ha tenido una gestión deleznable e igual ha sido su decisión a la hora de elegir sucesor.

El presidente optó por Claudia Sheinbaum no precisamente por sus luces, ni por la excelencia de su perfil profesional. Lo hizo porque la oriunda de Bulgaria aparenta ser una persona sumisa y manejable, capaz de rebajarse hasta la ignominia, con tal de complacer al cacique.

Es curioso que siendo López Obrador hechura típica de la época echeverrista y diciéndose estudioso de la historia, olvide lecciones paradigmáticas que nos brindan las páginas de los sucesos de nuestra nación.

Por ejemplo, la figura de Guadalupe Sánchez, gobernador veracruzano de servilismo tal, que llamaba a Carranza, presidente y padre, pero que no vaciló en sumarse a la revuelta en su contra.

Otro caso constituye Lázaro Cárdenas, sometido en apariencia al maximato, pero que apenas tuvo ocasión, puso a su presunto rival a bordo de un avión, con destino a nunca vuelvas.

O su mismo ejemplo a seguir, Luis Echeverría Álvarez, que no abandonaba Bucareli, hasta no constatar que se había retirado el presidente Díaz Ordaz.

La realidad es que hay individuos que tienen una personalidad muy dócil y obediente cuando son subordinados y otra muy distinta, cuando llegan a quedar al mando. Se lleva uno cada sorpresa…

Existen consecuentemente, elementos para sospechar que esa mansedumbre búlgara actual, pudiera tornarse manifiesta rebeldía, al consumarse el acceso al trono, mejor dicho, a la silla presidencial.

De suscitarse cosa semejante, Sheinbaum Pardo, mandaría sin dudar a López Obrador a ese recóndito y sonoro lugar cuyo nombre ha tomado su estancia.

Probablemente incluso, pudiera propiciar un lamentable accidente, un súbito evento coronario, una terrible indigestión…

En fin, cualquier malhadado suceso que se tradujera en un desenlace fatal, que claro, llevaría a la delfina a llorar a lágrima viva, a moco tendido y a grito pelado.

Quizá hasta le construyera un mausoleo a su sensei, austero eso sí, para estar acorde con la doctrina morenista, pero que pondría al hijo de Macuspana fuera de circulación.

Porque a la fecha, las probabilidades de triunfo de la Sheinbaum son muchísimas. No solo puntea en las encuestas, sino que marca la pauta de los acontecimientos.

Pero si eso ocurriese, habrían sobrados motivos para la preocupación: toda vez que López Obrador no es más que un simple populista setentero, que nada de marxista tiene.

En cambio la doctora, como la aluden sus lacayos, esa sí ha sido forjada en la teoría marxista pura y dura y se ha rodeado toda la vida de personajes de ese perfil. Ejemplo de ello constituye su ex esposo, Carlos Imaz.

De manera que pongámonos a rezar, si como todo parece indicar, la pariente de los bacilos llega a ocupar la primera magistratura, porque todo el programa deseado por los elementos más radicales de la cuarta transformación, se llevará a la práctica.

Y esperemos de tal suerte: expropiaciones, ataques a la propiedad privada, adoctrinamiento y represión contra todos aquellos que tengan la peregrina idea de oponerse al oficialismo.

Entonces el régimen lopezobradorista, con todas sus equivocaciones y claudicaciones, será un juego de niños de jardín, comparado con lo que nos espera.

Lo malo de esta historia, es que no hay oposición y su candidata, no es mala, sino pésima. Exactamente la misma basura que la que promueve el oficialismo.

Lo mismo sucede con quienes postularía eventualmente el otro partido, no integrante de la entente opositora: miasma.

Miasmas solamente hay en el menú disponible para México. Miasmas degustarán seis años más los mexicanos. No hay alternativa posible. Se trata solo de que elijamos como queremos que nos las guisen y sirvan.

Si con López Obrador nos ha ido mal, con Claudia Sheinbaum nos irá peor. Oremos que así sea. Ojalá de este modo, con medicina tan amarga, entiendan esos cretinos que la apoyan, todo el daño que va a causar.

Y esperemos cuando estemos quebrados, muriéndonos de hambre y padeciendo mil penurias, que entonces los mexicanos decidamos portarnos como hombres y poner punto final a tanta calamidad.

Entre tanto, laissez faire, laissez passer…

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

Un comentario en «Viene lo peor»

  • Eduardo Verástegui única opción de bien para México…la clase media no conviene a la bestia COMUNISTA

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