Espectáculos

Lennon y el satanista Crowley

Spread the love

Jueves 25 de abril de 2024

Por María Ferraz

El disco más vendido de Los Beatles, The White Album, marcó el principio del fin de la banda, y ya cumplió 40 años.

John Lennon había afirmado, en algún momento y en algún lugar, dado el rapto frenético que era su vida, que no quería morir a los 40.

Parece que su asesino le tomó la palabra: falleció a los 40 años y dos meses. Había originado una gran polémica al asegurar que Los Beatles eran más populares que Jesucristo y en Imagine hacía de su deseo una apología de un mundo sin religión.

Su amistad con Crowley, satanista para más datos, incluido en la portada del Stg. Peppers junto a otros iconos admirados, da qué pensar.

Crowley inspiró el movimiento hippie: amor libre y LSD fueron consagrados por el gran ídolo de la juventud de finales de los 60 y principios de los 70: John Lennon.

Se impulsó así un credo de pacotilla, de amor y de paz etéreos, de flores y símbolos, cuyo influjo, casi universal, quedó enfrentado a la doctrina de Jesucristo.

La leyenda favorita de Crowley: «Haz lo que tú quieras será toda Ley», sostuvo la liberación sexual de la época.

 El matrimonio, y en general todo compromiso, quedaron heridos de muerte en la configuración vital de la juventud: el hedonismo era el nuevo código a estrenar y nadie comprometido con la revolución cultural debía ignorarlo.

El pacifismo de alpargata aún colea: se oyen mil voces contra la guerra mientras se empuja a la conflagración de las conciencias. El ‘Haz lo que quieras’ promueve todo tipo de delitos y abusos contra Dios y contra el prójimo.

Sin Dios no hay paz, porque Dios es la paz aun en tiempos de guerra. La paz que comunica Cristo se mantiene en la persecución y en la violencia, pues es Él mismo quien toma posesión del alma amante de su Ley: amor, paz y felicidad son inseparables y un signo de que se ha aprendido a amar.

A Lennon le habría compensado hacer un elogio de la religión. Su asesino habría recordado que un quinto mandamiento prohibía quitar la vida a persona alguna, fuera o dentro de nuestras leyes humanas que transigen sin pudor con la pena de muerte y el aborto.

Deja una respuesta