Opinión

El plan b, un vil engaño

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Lunes 20 de marzo de 2023

Causa asombro que en nuestra patria el mundo entero se lance con todo contra el llamado plan b de la reforma electoral, criticando sus perversas intenciones.

Es de risa advertir los sesudos análisis de seudo especialistas que se devanan los sesos, calculando las consecuencias para la estructura operativa del INE, si triunfara el plan b.

Nada de eso es cierto. López Obrador con refinada crueldad y puntual oportunismo, ha diseñado un distractor monumental, llamado plan b, que tiene la misma cantidad de probabilidades de ser aprobado, que Haití de mandar un satélite a la luna, pero que es susceptible de levantar el mismo revuelo que el cohete que surcó nuestros cielos y que muchos creyeron el inicio de una invasión alienígena.

En efecto, López Obrador puede ser muy ignorante (de hecho, lo es), pero no es tan estúpido como algunos suponen (la cara no lo ayuda).

De suerte tal, que calculó que impulsando un señuelo con visos de veracidad (el plan b), todos se lanzarían con furia contra él, descuidando otros flancos, por donde pasaría sin problemas, su verdadera jugada.

Y así sucedió: mientras la oposición furibunda se desgañita criticando y trata de despedazar el cacareado plan, despacito, suavecito y sin que nadie rechiste, el macuspano nos apuñala por la espalda, situando a sus allegados a consejeros en lugares privilegiados en la lista de prelación, al obtener puntajes sobresalientes.

Tal es el caso de Bertha Alcalde, Netzaí Sandoval, Diana Talavera y Guadalupe Taddei Zavala, señaladas como allegadas a la 4T, que han obtenido las más altas calificaciones en el proceso de selección de aspirantes.

De manera tal, que de modo solapado y discreto, López Obrador coloca sus fichas en el tablero del INE, para llegado el momento, dar jaque mate consagrándolas como consejeros y colocando alguna en la presidencia, sin que nadie diga esta boca es mía, por haberse seguido en apariencia el procedimiento establecido.

De esta manera, con el señuelo, López Obrador desvía la atención de su verdadero objetivo, para llegado el momento oportuno, copar el INE desde la aparente legalidad del proceso, tal y como hizo para obtener la presidencia.

De forma tal, que pueda manejar los comicios a su antojo, manipulando a sus consejeros afines como peones de brega, para que ante el escenario de una elección controversial, garanticen el control de los resultados, pudiendo posteriormente llenarse la boca diciendo que obtuvo el triunfo, a pesar de los obstáculos opuestos por los conservadores y a través de la instancia que tanto defendieron (el INE).

Nunca pensamos que fuera preciso explicar algo tan obvio como hemos hecho, casi con manzanitas, pero las circunstancias obligan a ello, porque la mira ciudadana sigue desviada hacia el plan b (ya en manos de la corte); y la inobservancia generalizada de las verdaderas intenciones presidenciales, nos obligan a las peores suposiciones:

Que la oposición agrupa un hatajo de estólidos (no solo de impresentables) o concluir que una vez más, sus integrantes nos han vendido y traicionado a los mexicanos, negociando en lo oscurito, empeñándose de manera irracional, en postular los peores perfiles posibles.

Saque usted, estimado lector, sus conclusiones y tenga a mano las palabras de mi abuela para éste y otro tipo de menesteres: piensa mal y acertarás.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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