Internacional

Arriesgan a niño para tomarle foto en acantilado

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Dos personas han puesto en riesgo la vida de un niño de unos dos o tres años de edad al asomarlo al borde de una carretera en China. Se trata de Hongjing Road, un paraje escarpado famoso por sus curvas y sus imponentes paisajes. Uno de los hombres sitúa al menor directamente fuera de los límites del pavimento y lo sostiene con sus brazos, mientras el otro se coloca justo detrás de ambos para tomar una fotografía con su teléfono móvil.

El pequeño mira de un lado a otro con evidente miedo ante una situación en la que no tiene más seguridad que los brazos del adulto que lo agarra, que además también se encuentra en una situación peligrosa al ser estar con las rodillas flexionadas a menos de medio metro del precipicio.

El hombre que sujeta al niño incluso agita varias veces sus brazos para captar la atención del menor, con intención de que mirase a cámara y la foto resultase perfecta. Sin embargo, las personas que rodean la escena no parecen muy escandalizadas e incluso se aprecia a alguien sentado al borde del acantilado con las piernas colgando al vacío.

La altura a la que se exponen es evidente, en una zona montañosa que está situada a unos 900 metros de altura sobre el nivel del mar, en el distrito de Fangshan, en Beijing, y que está considerada como una de las rutas por carretera más bonitas del país asiático. Por ello, suele ser un lugar concurrido por turistas.

Las críticas en las redes sociales no se han hecho esperar y casi todo el mundo incide en la peligrosidad de la situación, que pone en riesgo la integridad física de un menor por una simple foto. Otros usuarios remarcan que el lugar ya es lo suficientemente atractivo para que una foto resulte bonita, sin haber necesidad de exponerse de esa forma.

Afortunadamente, esta historia no tuvo un final trágico. Pero no todas las personas que anduvieron al filo de la navaja por buscar un recuerdo impactante o una foto que le reportase muchos ‘likes’ en redes sociales pueden decir lo mismo. No parece sensato jugarse la vida, y menos la ajena, por buscar un ángulo imposible para obtener una imagen escalofriante.

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