Benny Moré, el rey de la cumbia


Lunes 2 de junio de 2025
Bartolomé Moré nació el 24 de agosto de 1919 en Santa Isabel de las Lajas, Cuba. Fue hijo de Silvestre Gutiérrez y Virginia Benítez Moré, pero sus padres no lo reconocieron, así que fue su abuela materna, la Sra. Patricia Moré, quien se hizo cargo de él.
Eran muy pobres, por lo que su infancia y adolescencia transcurrieron en condiciones adversas…
Aun así, cuando contaba con apenas 12 años compuso su primera obra musical, conocida como “El Bardo” o “El Desdichado”, por supuesto, sin haber cursado ningún estudio musical formal.
A los 17 años de edad se trasladó a La Habana, en donde se dedicó a cantar en las puertas de los bares junto con su amigo Anselmo, además de lavar coches, cargar canastas en los mercados y hacer mandados.
En 1945 se trasladó a la Ciudad de México, en donde se unió al conjunto de Miguel Matamoros.
En la XEW conoció a la Srita. Margarita Juana Bocanegra Durán, con quien se casó a los 23 días de conocerla.
Cuando el conjunto concluyó su gira en México, tuvo que trasladarse a España para iniciar su gira internacional, pero Bartolomé no consiguió que Miguel Matamoros cubriera el pasaje de su esposa, así que decidió no seguir con ellos, por lo que permaneció en México sin trabajo.
Por fortuna contaba con el apoyo de don Francisco Aguirre, quien lo contrató para actuar en centros nocturnos. Así empezó a darse a conocer como solista y pronto le ofrecieron un contrato exclusivo para actuar en un hotel nuevo en la ciudad de Tijuana, B.C., en donde permaneció durante un año.
Después regresó al Distrito Federal y se incorporó a la orquesta de Arturo Núñez. También perteneció a las orquestas de Rafael de Paz y Chucho Rodríguez, además de que realizó varias presentaciones como solista, tanto en el país como en el extranjero. Gracias a su éxito, la RCA lo contrató en exclusiva de por vida.
En 1951 regresó a su país natal, Cuba, en donde radicaría el resto de su vida. Ahí formó, con 20 músicos, su orquesta La Tribu, con la que cosechó grandes éxitos y realizó varias giras internacionales.
En México era muy solicitado: varios artistas y empresarios lo buscaban, pero él nunca volvió. Quienes querían verlo tenían que ir a Cuba, como fue el caso de Pedro Vargas, que lo tenía en muy alta estima y se trasladaba a la isla para grabar con él.
Bartolomé Moré era un gran amante de la música y le gustaba escuchar de todo tipo, aunque su favorito siempre fue Benny Goodman, hacia quien su admiración era tal, que tomó de él su nombre artístico, por lo que se convirtió en “Benny Moré”.
El autor de grandes éxitos como «Bonito y Sabroso», «Rumberos de Ayer», «Dolor y Perdón», “Las Mangoleles» y «El Bardo», por mencionar sólo los más destacados, recibió gran cantidad de reconocimientos a lo largo de su vida; los más destacados fueron el de Panamá, en 1950, y el de Venezuela, en 1955.
La mayoría se llevaron a cabo en Cuba, en donde se le reconocía con mucha frecuencia y, durante sus últimos años de vida, dedicaron diversos foros y espacios al reconocimiento de su obra.
Una anécdota en la que se puede apreciar muy bien la clase de persona que fue Benny Moré sucedió en el puerto de Veracruz, Ver., adonde acudía cada año al carnaval: al terminar una de sus presentaciones, una señora se le acercó y le dijo que tenía un hijo paralítico que lo admiraba mucho y su mayor anhelo era conocerlo. Benny salió del teatro y acompañó a la señora a su casa, en donde estuvo platicando con el muchacho acerca de su música y le interpretó cinco de sus canciones. Madre e hijo se despidieron entre lágrimas de gratitud y bendiciones.
Para Benny, la obra que mayores satisfacciones le dio fue «Bonito y Sabroso», y siempre comentó que su mayor satisfacción como compositor era que el público bailara su música.
El 19 de febrero de 1963 el mundo perdió a Benny Moré, que falleció en su querida Cuba, en donde se le recuerda como un héroe nacional.
