Opinión

Los impresentables

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Viernes 3 de mayo de 2024

El gran problema que tiene MORENA para esta elección, son los perfiles que aglutina, muchos de los cuales son impresentables para su propio partido, pues agrupa gente que tuvo trayectorias notables en otras agrupaciones de carácter político, que llegaron a encabezar como candidatos o a dirigir como directivos partidistas.

No entraremos aquí en señalamientos de carácter personal, porque no se trata de argumentos ad hominem, sino simplemente de razones de sentido común, porque para los militantes de MORENA, sus candidatos y los equipos que reúnen en torno suyo, no despiertan emoción, pues carecen de sentido de pertenencia.

Pero mucho más allá de su condición chapulinesca, El más grave problema de los personajes que figuran en MORENA, es su nula calidad política y su inoperancia territorial.

Se trata de figuras que llegaron a cargos de relevancia, amparados en el favor o el amiguismo del poderoso en turno y que no obtuvieron, salvo honrosas excepciones, posiciones por su talento o por el delirio que eran capaces de despertar entre las masas.

Todo lo contrario, la inmensa mayoría son perfiles que alcanzaron cargos por su abyección, su complicidad o sus características completamente rupestres.

Para colmo, es sabido que semejantes alhajas tienen entre sus muchas virtudes, la falta de probidad y el oportunismo, condiciones que tienen a su candidato a gobernador con el Jesús en la boca, toda vez que teme que al entregarles recursos para el día de la jornada electoral, éstos terminen en sus respectivas cuentas bancarias y no en el terreno de los hechos.

Si a esto añadimos la prepotencia y la soberbia como cerezas del pastel, podremos entender los motivos por los cuales, además de la inoperancia y la ineptitud características del equipo de medios de MORENA, los abanderados morenistas figuran en situaciones poco airosas ante la opinión pública, pues han sido ellos mismos los que se han granjeado la repulsa mediática, a base de amenazas veladas y controversias insustanciales con la prensa.

Es lamentable y estamos seguros que jamás lo reconocerá, pero Joaquín Díaz Mena coincidirá ab imo pectore con nosotros, en que carece de cuadros en los cuales confiar, en la recta final de esta elección y esto mismo será un factor decisivo a la hora de inclinar la balanza ciudadana a favor de los adversarios de la cuarta transformación.

Es menester resaltar que hay una sola excepción a lo planteado, pero cuyas capacidades y talentos han sido sistemáticamente rechazados por Díaz Mena, quien ha preferido coleccionar lacayos en torno suyo, a contar con colaboradores leales: el senador Jorge Carlos Ramírez Marín.

Empero, consideramos que es demasiado tarde y aunque Díaz Mena pretendiera recurrir a sus buenos oficios, ya no habrá tiempo de generar el clima de confianza entre las partes involucradas, indispensable para estos menesteres.

De poco servirá entonces a Huacho, intentar de manera desesperada, recurrir a Ramírez Marín, quien suponemos no se encontraría cómodo, como estamos seguros que no lo está al día de hoy, rodeado de una serie de personajes que no lo quieren bien y con los que, podemos asegurar sin temor a equivocarnos, alterna por la disciplina, valores, principios y hombría de bien que son consustanciales al aspirante a Senador.

Nos queda claro que Ramírez Marín apuesta a que sus talentos y capacidades sean justipreciados en las altas esferas de la política nacional, donde estamos seguros que será convocado a colaborar si gana Claudia Sheinbaum y pocas expectativas tendrá de que Joaquín Díaz Mena lo tome en consideración, dada la propensión que éste muestra hacia tener cortesanos.

Mal se mira el panorama para MORENA, con un candidato aislado, rodeado por incompetentes, de los que sospecha por corruptos y que para acabarla de amolar, tienen fricciones con la prensa. Así no se hacen campañas ganadoras.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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