La ciudadanía contra el Plan B
Domingo 26 de febrero de 2023
Tras conocer las posturas del presidente de la república y sus quejas contra lo caro de la democracia mexicana, por la labor del INE, es obvio que López Obrador pretende regresar a la época en la que el gobierno era juez y parte y no solo convocaba a elecciones, sino que también contaba los votos.
El que gana, es el que cuenta los votos se decía entonces, en el ámbito del sistema político y lo que no se obtenía por medio de la cooptación a la ciudadanía y al árbitro electoral, se conseguía a viva fuerza, incluso a balazos, si era necesario.
Claro, la oposición de entonces era de otra pasta: a diferencia de los dirigentes y militantes blandengues, feminoides y timoratos de ahora, contaba con verdaderos apóstoles de la democracia; hombres de pelo en pecho, dispuestos a sufrir acoso, persecuciones e incluso a dar la vida de ser preciso.
Pero punto y aparte de las diferencias en calidad y clase entre los diversos membretes que incluye la oposición, la diferencia fundamental es que en la actualidad la ciudadanía esta más politizada y tiene la conciencia clara respecto de la necesidad de contar con un árbitro electoral imparcial, que convoque a comicios y contabilice los sufragios con reglas claras para todos, con condiciones que brinden garantías de imparcialidad y sobre todo, que decida con honradez, a la hora de dar resultados.
Ese es el fondo real de la movilización contra el llamado Plan B, poner un freno a la aspiración lopezobradorista de que el gobierno se haga cargo de la organización y control electoral, habida cuenta de que todos en México sabemos que es un jugador hermoso y que ha probado repetidamente ser un pésimo perdedor, pues no acepta otros resultados que no sean los que le favorecen.
Contra esto es que los mexicanos hemos decidido rebelarnos y manifestarnos de diversas maneras: unos escribiendo y otros, acudiendo a concentraciones para visibilizar su postura. Ambas por supuesto, son necesarias.
Pero lo verdaderamente trascendental es más que escribir o manifestarse, no dejar de ir a votar y convencer a los indecisos de la necesidad impostergable de sufragar y hacerlo EN CONTRA del oficialismo, para frustrar sus inicuos proyectos de absolutismo.
De otra manera, de nada servirá que corran ríos de tinta, que fluyan discursos por las redes o que marchen o se concentren millones. Es preciso entender que las elecciones no se ganan a periodicazos, ni con memes, ni marchas, ni plantones: SE GANAN CON VOTOS.
Así que si algo debe hacer la oposición sin pérdida de tiempo, es ponerse de acuerdo, seleccionar buenos candidatos, y poner a la voz de ya, manos a la obra a la tarea de procurar convencer a los mexicanos de la importancia de SALIR A VOTAR CONTRA EL GOBIERNO.
Hacer otra cosa, no servirá de nada, más que para compartir excusas, lamentarse y lamerse las heridas, BAJO EL CONTROL DE UNA DICTADURA.
Así que menos rollo y más acción, que el tiempo apremia.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad