Lamentable papel
Viernes 24 de enero de 2025
Gerardo Fernández Noroña, popularmente conocido como Changoleón, es un personaje pintoresco.
El actual presidente del Senado se caracteriza por su condición de rabanito consumado: si bien se dice socialista, le encanta disfrutar los lujos del capitalismo.
Incluso no ha tenido empacho en declarar que la austeridad era cosa del compañero presidente, pero que él no compartía, que él no estaba dispuesto a privarse de una serie de comodidades.
Fernández Noroña tiene un estilo peculiar, como de bravucón de cantina, que va acorde a su baja cuna y oscuro origen. Es así como se ha hecho célebre por sus desencuentros con la senadora panista Lily Téllez y con Alejandro Moreno, presidente del RIP. Todos ellos, sin que la sangre llegue al río.
Pero el senador changoleón se voló la barda con su acalorada defensa de los narcos, insinuada ante la posibilidad planteada por el presidente norteamericano Donald Trump, que se comprometió a venir por ellos, para poner las cosas en su sitio.
Como esa situación pondría en riesgo el financiamiento y colaboración que el crimen organizado brinda a ciertos personajes de la 4T, Fernández Noroña casi se envolvió en la bandera y se lanzó al vacío (lamentablemente todo esto fue metafórico y no en el plano real).
Seguramente en su cortedad de criterio, no percibió que esas posturas solamente los exhiben tanto a él, como a sus homólogos, pasando por alto que hay miles de mexicanos que prefieren millones de veces la presencia de tropas extranjeras hollando el territorio nacional, antes que la continuidad de los crímenes y extorsiones cometidos por sus patrocinadores, a los que defiende con tanta vehemencia.
Debería el senador Changoleón detenerse a pensar que Donald Trump va con todo contra la izquierda mundial y contra los enemigos de los intereses de su patria y que no se detendrá para poner fin a sus tropelías y que las poses plañideras y chillonas de las filas guindas, no servirán sino como escenografía a sus propósitos.
Mejor debiera el émulo del dipsómano de incógnito buscar algún lugar seguro para mudar su residencia, porque es muy claro que si las fuerzas norteamericanas llegaran a meter las cosas en cintura, probablemente tendría que ver el futuro a través de los barrotes de la celda que le tocara en suerte disfrutar, como cortesía del magnate en función presidencial.
Así que hagamos votos para que el buen Donald no olvide sus propósitos, sino que antes bien, los depure y los lleve hasta el final sin excepciones.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad