Opinión

¿Aguantará el PRI?

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Viernes 26 de abril de 2024

Mucho de lo que necesita el Partido de Acción Nacional para poder refrendar la gubernatura, pasa por lo que pueda hacer su otrora adversario y hoy aliado, el Partido Revolucionario Institucional.

Ambos institutos políticos signaron una alianza partidista para fortalecer sus aspiraciones y cerrar el paso a lo que pudiera hacer el oficialismo, que a través del prianismo solapado bajo las siglas de MORENA, pretende apoderarse de Yucatán para tener todo el Sureste de México bajo su égida.

Resulta sumamente peculiar como MORENA durante años, descalificó al prianismo, responsabilizándolo de todos los males de nuestra patria y como ahora, con el transcurso del tiempo, ha asimilado e incorporado a sus filas, a todos aquellos elementos a los que calificaba de indeseables, para encabezar sus aspiraciones, en detrimento de su propia militancia. Cosa de locos y difícil de creer, pero real.

No es ningún secreto que a partir de la pérdida de la presidencia de la república acontecida en 2018, el PRI ha sufrido una sangría constante de militantes, que lo ha ido reduciendo en dimensiones, membresía, estructura y capacidad operativa, que ha llevado a sus militantes a caer en una suerte de depresión electoral y política.

Pese a lo anterior, en nuestra entidad, es innegable que el tricolor aún persiste y mantiene una presencia significativa en los diversos municipios, circunstancia que llevó al blanquiazul a considerar viable una alianza, para afianzar y fortalecer sus aspiraciones, conscientes de que marchando en solitario, el camino hacia el poder sería más complicado.

Tras muchas vueltas y revueltas, la alianza por fin se materializó. Esta suma, es preciso puntualizarlo, es a favor de Yucatán y de México. Tendiente a preservar seguridad, democracia y libertades. Tal es el espíritu integrador que enarbola.

No obstante y a pesar de ello, al día de hoy podemos advertir una serie de signos preocupantes, que llevan de manera inevitable a cuestionar algunos factores:

1.- Por ejemplo, el hecho de que los liderazgos priistas más significativos se encuentran para estas fechas, casi totalmente en MORENA. Si bien es cierto que muchas voces descalifican a los transfugas y los tildan de inoperantes y desprestigiados, este aspecto no puede dejar de considerarse.

2.- Complementando lo anterior, el priismo hoy día se constriñe al grupo del ex gobernador Rolando Zapata, que es público y notorio que tiene tanto seguidores leales y aliados del ex titular del ejecutivo estatal, como malquerientes del mismo. Empero, la mayor parte de los liderazgos priistas significativos ha migrado a MORENA. Basta ver las fotografías de los eventos de campaña para constatarlo.

3.- La presidencia estatal del tricolor, de manera inexplicable para nuestro corto entendimiento del fenómeno político electoral, ha asumido un tono beligerante y con ribetes de intransigencia, en vez de adoptar un tono mesurado y conciliador, que facilitase a los priistas que se alejaron por multiplicidad de razones, tener la confianza de volver, máxime a la vista de los excesos y dislates sucedidos en MORENA.

4.- La cercanía, inexplicable en un grupo que se caracteriza por su disciplina y cohesión como el zapatista, de figuras identificadas con el ex gobernador, a candidatos de MORENA, como es el caso de Víctor Caballero y una de sus hijas, con el abanderado guinda a la alcaldía de la capital del estado.

La figura del ex secretario de gobierno zapatista como asesor en jefe de Rommel Pacheco, lleva a la suspicacia y a abrigar miríadas de dudas, respecto de sus auténticas pretensiones. ¿A favor de quien juega?, ¿lo hace de motu propio o por consigna?

5.- No es posible dejar de conjeturarnos respecto de la fortaleza de las estructuras priistas en el interior del estado. De su capacidad para resistir los embates de MORENA, las ofertas, las amenazas, depende en buena parte el éxito de la alianza PRI-PAN y hay que ser consciente que a medida que entremos en la recta final del proceso (estamos a nada), se incrementarán en frecuencia y en cuantía. ¿Resistirán?, eso nos preguntamos.

6.- El panismo nada tiene que reprochar a Rolando Zapata y sus allegados (Sergio Vadillo y Juan José Canul) en cuanto a esfuerzo y entusiasmo. Todos ellos han derrochado entrega y empeño. Han sudado la camiseta, ni duda cabe. La interrogante que surge es, si serán capaces de contagiar su ejemplo, en el ámbito de un partido convulsionado y en plena ebullición.

7.- La capacidad operativa del tricolor es invaluable e insustituible. De ella depende en buena medida el éxito electoral de la alianza y poner dique a las ambiciones de control económico y político de la cuarta transformación.

Lejos de nuestras intenciones se encuentra confrontar o generar suspicacias o divisiones internas entre los miembros de la alianza.

Entiéndase bien, que no podemos dejarnos de preguntar al respecto y que los acontecimientos recientes, en cuanto a las defecciones suscitadas y las que se miran inminentes, nos generan sobresaltos, toda vez que va de por medio nada menos que el futuro de Yucatán y de sus habitantes, que no es tema menor y consideramos pertinente en mérito de ello, llamar la atención de los interesados.

Es un hecho irrebatible: si el priismo se aplica y hace bien la tarea, si sus estructuras resisten y aguantan los embates de MORENA, Renán Barrera será gobernador, refrendando Acción Nacional el estado de Yucatán y constituyéndose nuestra entidad como es costumbre, en ejemplo de cultura política y civilidad, a nivel nacional.

Cada día falta menos. Tiempo al tiempo…

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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