Internacional

Chile: de una Constitución comunista y abortista a una Constitución provida

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Sábado 23 de septiembre de 2023

Chile pasó de tener la Constitución más abortista de la región a tener la posibilidad de proteger la vida desde la Constitución y revertir la actual ley del aborto.

El 20 de septiembre el Consejo Constituyente aprobó el artículo 16 de lo que será la nueva Constitución chilena, si finalmente los chilenos la aprueban en referéndum. El texto es de gran trascendencia y es una victoria pro vida ya que protege “el derecho a la vida de quienes están por nacer”. Es un hito importantísimo en la batalla cultural y política que se desarrolla en ese país.

Para entender la trascendencia de este hecho hay que hacer un poco de historia reciente.

En 2019, producto de las exigencias de la violencia irracional de grupos de izquierda que incendiaron el metro de Santiago, se decidió que Chile debía cambiar la actual Constitución de 1980. El camino elegido fue votar una Convención Constituyente para que redacte la Constitución y luego volver a votar en un plebiscito si se aceptaba o se rechazaba el texto propuesto.

Así, en 2021 se instauró la primera Convención Constituyente con 155 miembros, la mayoría de izquierda. Esta Convención redactó un texto de Constitución que los chilenos votaron en referéndum en septiembre de 2022. Era un texto radical de izquierda que tenía una visión del hombre contraria a la vida y a los valores de occidente, que definía la vida social desde la ideología de género, e incluía el aborto a demanda y la eutanasia como derechos. El 4 de septiembre de 2022 los chilenos dijeron que no querían esa Constitución socialista. Entonces se tuvo que empezar todo de nuevo.

En enero de 2023 se llamó a un segundo intento para redactar la Constitución. Esta vez se decidió que el Consejo Constituyente tuviera 50 miembros, elegidos por el pueblo el 7 de mayo de 2023. Y aquí vino la primera alegría para los pro-vida: este Consejo tuvo una conformación de fuerzas muy diferente al anterior. El Partido Republicano, de derecha y liderado por José Antonio Kast, obtuvo 22 escaños. La coalición Chile Seguro, un partido de centro derecha más tímida, liderada desde las sombras por el expresidente Sebastián Piñera, obtuvo 11 escaños. Y la alianza de Izquierda Unidad para Chile solo obtuvo 16 escaños. Un escaño adicional se otorgó a un representante de la etnia mapuche, producto de la prédica indigenista de izquierda.

Sin duda, los chilenos no necesitaron mucho tiempo para darse cuenta del terrible error de haber elegido como presidente a Gabriel Boric en diciembre del 2021. Tan solo 6 meses de gobierno de Boric fueron suficiente para que los chilenos despertaran del hipnótico trance de la narrativa izquierdista. Y lo demostraron en el plebiscito que rechazó el primer texto propuesto de Constitución, que era la principal apuesta política del gobierno de Boric. El rechazo fue tajante: 62% contra 37%. José Antonio Kast, líder del partido republicano, fue el principal gestor de ese resultado.

Es decir, en menos de un año, Chile pasó de estar a punto de aprobar la Constitución más ‘progresista’ de Occidente a tener la posibilidad de aprobar una Constitución que respete los valores de la vida, la familia y la libertad. La nueva Constitución, que se está redactando durante estos meses, no está exenta de polémicas, pero marca un horizonte de renovación democrática. Sin duda, la protección del derecho a la vida, empezando por los más indefensos, es un síntoma de salud de una sociedad que va entendiendo que el comunismo pro aborto solo genera caos y pobreza.

Con una votación de 33 contra 17, el 20 de septiembre de 2023 el Consejo Constituyente decidió que el texto del artículo 16, que se propondrá a referéndum, sea el siguiente: “la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida. La ley protege la vida de quien está por nacer”.

Pero la aprobación de este texto generó aún más polémica y enfrentamientos. Un primer texto propuesto por el Partido Republicano para el debate de los Constituyentes mencionaba que “todo ser humano es persona”De haberse aprobado ese texto tan claro, la ley de aborto chilena tendría los días contados. Lamentablemente, no fue aprobado porque 4 consejeros de la derecha tímida de Chile Seguro registraron abstención en esa votación clave y se perdió la mayoría clave para aprobar el texto. De todos modos, el texto que ha quedado aprobado es una amenaza para la ley que regula el aborto en Chile.

Para entender la conexión entre la Constitución y el aborto en las leyes chilenas hay que recordar que el 23 de septiembre de 2017 se aprobó la Ley N° 21.030 que regula la despenalización del aborto en tres causales: en caso de riesgo vital de la mujer, inviabilidad fetal y que el embarazo sea resultado de una violación, con un límite gestacional de 12 semanas (14 semanas si la niña es menor de 14 años).

Que la nueva Constitución mencione que protege la vida “de quien está por nacer” ha puesto en debate nuevamente un asunto que los abortistas querían que el pueblo pensara que estaba zanjado. Lo cual, por sí solo, es ya un triunfo pro-vida.

Y los abortistas saben muy bien que su ley de aborto está amenazada. Todavía no está aprobada la Constitución, pero ellos ya han comenzado la polémica para tratar de neutralizar este éxito pro vida. Algunos supuestos expertos constitucionalistas han salido a la prensa a tratar de imponer una interpretación del texto del artículo 16 que no afecte la actual ley de aborto. Su argumento central es que al haber sido rechazado el texto “todo ser humano es persona”, la Constitución está diciendo que los niños por nacer no son considerados personas, al menos para una parte de los chilenos.

Tomando en cuenta que la mujer embarazada es persona para el 100% de los chilenos, en caso de conflicto de intereses prevalece el deseo de la mujer sobre el derecho a la vida del niño. Es una interpretación absurda que está tratando de imponerse en la cabeza de los chilenos con argumentos que, por ahora, son sutiles para no espantar el sentido común del pueblo. Posiblemente solo buscan sembrar la duda para que sus abogados encuentren argumentos retorcidos y sustenten un permiso para matar, que el artículo 16 evidentemente prohíbe de manera explícita. Si la Constitución se aprueba en el referéndum de diciembre de 2023, la batalla cultural de los pro-vida chilenos los próximos años será la correcta interpretación del artículo 16.

Tendrán que luchar mucho, pero con este panorama tienen un objetivo y una hoja de ruta muy claras. Su misión será que el texto se lea tal cual está escrito: “la ley protege la vida de quien está por nacer”, es decir, no cabe el aborto.

Así lo declararon a la prensa los consejeros del Partido Republicano y del bloque Chile Vamos apenas aprobado el artículo 16: “Si bien el viernes nuestro ánimo era de frustración, hoy es de satisfacción… porque se han aprobado normas muy importantes para este proyecto de Constitución a ser sometido a plebiscito el 17 de diciembre… primero, y sobre todo, el derecho a la vida y muy particularmente de quien está por nacer… subrayando de que quien crece en el seno materno es alguien”.

En la misma línea se expresó Antonio Barchiesi del Partido Republicano: «El hecho de que esta norma no consagre la prohibición directa del aborto, es para nosotros un mandato para buscar siempre y en todo lugar la derogación de la ley de aborto, en cuanto permite el asesinato de un inocente».

Y que nadie lo dude, mucho menos los nuestros, que cuando la Constitución escribe «quién» en el artículo 16, está hablando de una persona, esté por nacer o sea un médico con un bisturí en la mano y todo el sucio negocio del aborto detrás.

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