Opinión

Hora de definirse

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Viernes 25 de agosto de 2023

Llegó la hora de definirse para Liborio Vidal. Es momento de escoger el rumbo a seguir ante la encrucijada que se le presenta.

Una alternativa sugiere reconocer el triunfo de su adversario, conducirse con inteligencia y con altura de miras y tomar la posición que el panismo le ofrece rumbo a las elecciones de 2024.

Otra vía susceptible de abordar es insistir en la mentalidad aldeana, ególatra y chantajista de la que siempre ha hecho gala y saltar al enésimo partido en su haber, desde donde podrá rumiar a gusto su rencor y tratar de operar para hacer daño.

No sabemos a ciencia cierta, cual de las opciones elegirá. Lo que si sabemos, es que el margen de maniobra del vallisoletano es por mucho, limitado, que debido a su consistente condición de habitual mal perdedor, ya no cabe en muchos lados.

Y ojo, Liborio ya no es un jovencito. Aunque el pretenda negarlo, se va aproximando a la senectud y con ello, de manera natural, va perdiendo empuje e identificación con una juventud que habla otros lenguajes y a la que lo único que puede invitarla, es a tomar dos.

Ello, de modo lógico y consecuente, lo lleva a decrecer, pues liderazgo que no toma posiciones de poder, se debilita. De esta manera, irremediablemente Liborio ve reducirse el caudal de votos que es capaz de manejar, pues no es carismático, ni joven, ni guapo, ni generoso. Peor aún, ni siquiera inspira miedo.

El sentido común prescribe que en aras del pragmatismo, felicite al vencedor e invite a los suyos a sumarse al quehacer del panismo, situación que le representaría una apreciable parcela de poder.

De lo contrario, seguirá con su eterna fama de chapulín y chaquetero, inspirando una mezcla de asco, lástima y desprecio a dondequiera que vaya, pues los traidores nunca son bien vistos. Solamente se les utiliza, para luego desecharlos.

Es la hora de las definiciones para Liborio Vidal. A su edad, ya no puede, ni debe equivocarse en su elección. ¿Que decidirá hacer? El sábado sabremos, siendo evidente su ausencia o su presencia.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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