Religión

Rosarios masónicos

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Domingo 13 de agosto de 2023

“Existe un modelo de rosario ampliamente difundido que, debido a que muchos futbolistas de nivel internacional lo usan como abalorio, se ha extendido ya por casi todo el mundo.

Desde NOTIREDMÉRIDA queremos advertir sobre el uso de este rosario y dar a conocer su verdadero significado.

A simple vista este rosario se asemeja casi por completo a cualquier otro rosario que se pueda comprar en una tienda.

Tiene el mismo número de cuentas, la cruz y el escapulario de la Virgen del Carmen».

¿Elementos satánicos o masónicos?

Ya que no hay ninguna prueba documental ni de otro tipo que avale la difusión de estos rosarios por parte de sociedades secretas, sectas o cualquier otro oscuro interés anticatólico, la mayor parte de los argumentos en contra de su uso y distribución se basan en la simbología que tienen. Y, ciertamente, nos encontramos ante un discurso muy poco sólido, basado en la vaguedad de la simbología y de la iconografía, que hace retorcer mucho la interpretación de signos y símbolos. Veamos cada uno de los elementos, presentes todos ellos en la cruz del rosario, aunque más o menos visibles según la versión de la que se trate.

– La serpiente detrás del cuerpo de Jesús crucificado. Se trata, sin duda, del elemento más controvertido. Porque en la iconografía cristiana, y también en gran medida fuera de ella, este reptil simboliza al Diablo y todo lo relacionado con las fuerzas del mal. Ahí está, como ejemplo paradigmático, la serpiente en el relato de la caída original de Adán y Eva. Por eso -se dice- estaría clara la intencionalidad satánica.

Sin embargo, también tiene una importante base bíblica la referencia de la serpiente al mismo Cristo, basada precisamente en el texto del Génesis, ya que la tradición cristiana, desde san Pablo, ha puesto en paralelo la figura de Adán con la de Jesús, y el árbol del conocimiento del bien y del mal con el árbol de la cruz. A esto hay que sumar el pasaje del Éxodo en el que Moisés, por indicación de Dios, confecciona una serpiente de bronce y la pone en lo alto de un mástil, para que todos los heridos de serpiente que la miren se salven de la muerte. El mismo Jesús aludió a su persona y a su pasión desde aquel texto, y por eso la serpiente también puede representar a Cristo, sobre todo en el momento de la crucifixión. En la historia del arte hay testimonios de este uso, sobre todo en Oriente, donde encontramos báculos episcopales con la serpiente, o con dos ofidios enfrentados, que pueden entenderse como Cristo y Satanás, o como signo de la prudencia y la sabiduría que deben ser característicos del pastor («astutos como serpientes», utilizando las palabras de Jesús).

– El sol o los soles (uno en cada extremo de la cruz). Los críticos de estos rosarios señalan que nos encontramos, claramente, ante un símbolo masónico o incluso de los Illuminati, y que tendría sus raíces en los cultos solares.

Sin embargo, conocemos perfectamente el uso de la simbología solar para referirnos a Jesucristo, y que también está atestiguada en la Escritura, donde ya Zacarías en su cántico (Benedictus) se refiere al Mesías esperado como «el sol que nace de lo alto». Después, la tradición cristiana ha visto en el astro rey un signo de Cristo resucitado, y por eso las iglesias se han «orientado» (vuelto hacia Oriente), al igual que gran parte de las liturgias cristianas, en las que el pueblo, encabezado por el ministro que preside a la asamblea, alaba a Dios mirando hacia Oriente, el lugar por donde cada día sale el sol.

– Los pentágonos con los que se remata cada brazo de la cruz también son controvertidos, ya que el pentágono, sobre todo con el pentáculo o estrella de cinco puntas inscrito, son símbolos utilizados comúnmente en la magia, el ocultismo e incluso el satanismo. Algo parecido sucede con el número 5.

Sin embargo, este número también está asociado tradicionalmente a la cruz, ya que fueron cinco las llagas de Jesucristo (manos, pies y costado). Y esto no sólo se refleja en la piedad popular (pensemos, por ejemplo, en la oración de San Francisco Javier a las cinco llagas, que va desgranando cada una de las heridas de la crucifixión), sino también en la simbología. Sin ir más lejos, y para ver una representación que se sale del ámbito de lo religioso, el escudo de Portugal está formado por cinco escudos que representan los cinco reinos árabes conquistados por el rey Afonso Henriques. Y estos cinco escudos, a su vez, llevan inscritos otros cinco, que simbolizan las llagas de Cristo.

– La ausencia del INRI es, cuanto menos, otro argumento curioso. Señalan los críticos que, al privar a la cruz del titulus, se está desidentificando al hombre clavado en ella, que dejaría de ser Jesús. Sabemos que INRI no es otra cosa que las siglas latinas de lo escrito como motivo de condena por Pilato, según el evangelio de Juan: «Iesus Nazarevs Rex Ivdaeorvm (Jesús Nazareno, rey de los judíos)».

Sin embargo, otras muchas cruces no tienen el titulus y no por eso son anticristianas. En ocasiones -como seguramente pase en este caso- por simplificar, dada la sencillez de la representación o su escaso tamaño. Es más, estoy seguro de que si apareciera el INRI, los detractores de estos rosarios lo interpretarían desde su versión masónica, al igual que han hecho con los símbolos anteriores. Sí, porque la masonería ha releído el rótulo de la cruz de esta manera:Igne Natura Renovatur Integra (la naturaleza entera es renovada por el fuego), vaciándolo de su referencia cristológica, y así también lo han recogido algunos grupos gnósticos. Es decir: para los detractores, si no tiene el INRI, la cruz es mala. Si lo tuviera, también lo sería.

Además, algunos creen ver demonios en los extremos de la cruz en algunas de las versiones de estos rosarios, pero no se puede ver nada con claridad. Podrían ser también ángeles (y no diablillos, ya que lo que más se puede apreciar es que son niños), como hay en otras muchas cruces, y confundirse las rayas que hay tras sus cabezas con cuernos, y otras muchas posibilidades. En algunos se ven rosas en los extremos de la cruz, elementos que claro que tienen su interpretación esotérica (las sectas rosacruces, por ejemplo), pero que son totalmente normales en un objeto que se llama precisamente «rosario» y está vinculado con esta flor.

Todo esto me recuerda a documentos que envían periódicamente por correo electrónico a obispos y sacerdotes de todo el mundo afirmando, entre otras cosas, que Benedicto XVI utilizaba una mitra satánica. En una ocasión también escuché en televisión que algunos afirmaban que el famoso arquitecto y siervo de Dios Antonio Gaudí era masón… ¡porque utilizaba cruces en sus edificios! Quien quiera ver fantasmas, los verá. Solamente hace falta retorcer un poco los símbolos.

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