Opinión

El PRI en agonía

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Lunes 8 de mayo de 2023

En el pasado proceso electoral al PRI le fue no mal, sino lo que le sigue, pese a lo prometido por el entonces aspirante a la presidencia estatal, Francisco Torres Rivas.

El priismo no fue capaz de ganar una sola diputación local o federal de mayoría y prácticamente perdió todas las ciudades de importancia del estado en donde era gobierno.

En la presidencia tricolor Francisco Torres Rivas perdió lo último que le quedaba de su prestigio político. Termina su presidencia convertido en un verdadero paria. A estas alturas del partido, Panchito ya no gana ni una elección a rey feo.

Para los optimistas que afirman que ya se ha tocado fondo y que a partir de ahora, todo deberá ser hacia arriba, es oportuno recordarles la ley de Murphy, que prescribe que las cosas siempre pueden marchar peor.

El PRI está pagando el tributo obligado a la soberbia, a las malas decisiones, al abandono de la militancia, a la abdicación de sus principios. Todos estos factores son los que tanto a nivel local como nacional tienen al tricolor en agonía y a punto de la desaparición.

Pancho Torres le está dejando una papa caliente a su sucesor: un partido dividido, desarticulado, desanimado y en plena desbandada. Baste ver lo sucedido en días pasados en la sesión convocada para elegir método para renovar dirigencia.

Ominosas fueron las ausencias de Felipe Cervera, Pablo Gamboa, Jorge Carlos Ramírez Marín y Lila Frías, dada su calidad de secretaria general. No son en absoluto alentadoras las conclusiones que se sacan ante la inasistencia de tales figuras.

Se dice que Gaspar Quintal sería el sucesor de Torres Rivas al frente del tricolor y no es nada halagüeño el panorama que tiene en lontananza.

La personalidad de Quintal Parra es por decir lo menos, controversial. Nadie niega sus cualidades, pero muchos temen un endurecimiento en la línea operativa de la dirigencia.

Especulaciones aparte, Gaspar Quintal esta obligado antes que nada, a ser realista. Deberá elegir muy bien el rumbo a seguir, si acaso quiere levantar al partido, recordando que al menos en esta oportunidad, para el proceso electoral de 2024, el PRI deberá conformarse con ser comparsa, pues carece de la oportunidad para ser protagonista.

Empero, el PRI tiene la posibilidad de convertirse en el fiel de la balanza, utilizando su estructura y capacidad de operación, a favor o en contra de alguien.

Será determinante al efecto, conocer las posiciones que adopten las dirigencias partidistas, para saber al lado de quien juega el PRI y clarificar que papel le espera al tricolor: si el resurgimiento o la desaparición.

Faltan algunos factores por definirse, entre los que se encuentran el anímico, que podría ser completamente desfavorable y negativo, si como mencionan las encuestas, el PRI es batido en su último bastión, el Estado de México, a lo que pudiera suceder una desbandada general.

Reiteramos lo que hemos dicho con antelación: mientras Alejandro Moreno siga detentando la dirigencia nacional, poco o nada de bueno espera al tricolor.

En fin, tiempo al tiempo y esperemos que las aguas tomen su nivel y ver si en el priismo la nueva dirigencia llama a la concordia y la reconciliación, o si prosigue la guerra fratricida de baja intensidad.

Porque reiteramos: pese a que el priismo cuenta con herramientas para sanearse y retomar protagonismo, tal parece que la consigna general es desaparecerlo y acabar con él. Vivir para ver.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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