Sociedad

El Dalai Lama y su pedofilia

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Martes 11 de abril de 2023

Imagínese, sólo por un segundo, que un conocido líder Católico en el mundo occidental, ante la televisión pública y a la vista de todos, besa a un niño en la boca, luego le saca la lengua demandándole: «[ahora] chúpame la lengua».

Imagínese la indignación de Hollywood, los tuits interminables y las publicaciones en Instagram de actores y músicos conocidos denunciando el acto y acusando a la Iglesia de abuso infantil.

Políticos y periodistas hablarían interminablemente sobre lo sucedido, usando el suceso como munición para denigrar al Catolicismo y exigir una reforma por parte del estado.

Pero, como es el amado Dalai Lama, el icono budista de oriente, hay un silencio abrumador y diría yo, revelador. Aquí un par de declaraciones de HECHOS (no meras especulaciones):

– La incidencia de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica por parte del clero NO ES más alta que la que existe en la sociedad en general.

– El abuso sexual sufrido por los estudiantes en las escuelas PÚBLICAS (es decir, del estado secular/laico) es cien veces más probable que de ocurrir por parte de líderes eclesiásticos.

– El abuso sexual de menores en el budismo no es un tema periférico, sino algo común.

Por ejemplo, solo en 2018, el monje budista de más alto rango de toda China (el equivalente del papa en el Catolicismo), el maestro Xuecheng, fue acusado de abuso sexual en numerosos casos. Si así sucede con el máximo mandatario, imagínese con los subordinados.

– Este mismo líder tibetano «su santidad» el Dalai Lama, cuando fue cuestionado por estos casos de abuso dentro del budismo, allá por 2018 dijo (y cito): “Ya sabía estas cosas, esto no es nada nuevo”, a la televisión pública holandesa (NOS).

La verdad sea dicha: los mismos politiqueros, celebridades de la farándula hollywoodense y «expertos» públicos de los medios dominantes que adoran azotar al Catolicismo en Occidente por temas de abuso sexual, son las mismas cabezas parlantes que elogian sin cesar a estos gurús religiosos orientales, en sus cuentas de Instagram y redes sociales, publican sus «peregrinajes espirituales» a oriente, tomándose selfies con estos «hombres santos».

Hipocresía en todo su esplendor. Realmente no les importa un comino la corrupción de los niños. De hecho, son las mismas personas que luchan cotidianamente para que temas explícitos para adultos se enseñen a los menores en las escuelas y que los niños puedan mutilar sus cuerpos en nombre del «amor».

Lo cierto es que los verdaderos enclaves de la corrupción infantil son dos: 1) Hollywood y 2) Washington D.C.

Pero, en una magistral obra de prestidigitación, a través de la magia del cine y la propaganda, centran toda su ira contra el Catolicismo, el chivo expiatorio de Occidente.

Dios, Patria y Libertad

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