Opinión

Los ataques a Ramírez Marín

Spread the love

Viernes 31 de marzo de 2023

Solo se apedrea al árbol que da frutos, dice el refrán.

No tendría caso dedicar tiempo y esfuerzo, para atacar a quien no representa algo valioso.

Esa es la lógica que hoy por hoy, algunos perfiles mal intencionados utilizan para atacar al senador Jorge Carlos Ramírez Marín, la carta principal (la única) del PRI rumbo a la gubernatura.

Voces mal intencionadas y enemigas de la Alianza por México, insinúan desde estas lajas, que el destacado legislador yucateco está a punto de renunciar a su partido, para sumarse a MORENA.

Evidentemente quienes lo hacen, son interesados en que el senador tricolor, sea mirado con desconfianza y se convierta en blanco de ataques, de sus presuntos aliados, para impedir que su carisma, su vibrante oratoria, su capacidad negociadora y su ingenio se pongan en contra del oficialismo.

Pretenden denigrar al senador Ramírez, hombre de acrisolado amor por su tierra y su gente, haciéndolo pasar como un ambicioso vulgar, como un burdo oportunista, que solo busca saciar sus apetitos y ansia de poder, cuando con sencillez y diáfana honestidad, ha puesto en claro su rumbo.

Pero siempre les sale mal, porque Jorge Carlos, a base de talento y de trabajo, los rechaza y muestra y comprueba una y otra vez, su compromiso con Yucatán y con su pueblo.

Y su quehacer no para: un día está con los habitantes de una comunidad, inaugurando alguna clínica (de las llamadas Wilma Marín, como su madre), otro está debatiendo en la cámara, dando cátedra de como plantear una postura, defender una tesis, proponer una idea, con sobriedad y mesura, siempre con elegancia, para terminar reunido con autoridades de otros niveles y otros partidos, con quienes acuerda y concilia, para bien siempre de su patria grande y chica.

Ese es Jorge Carlos Ramírez, un político con toda la barba, el legislador por excelencia, el servidor público que sin filias y sin fobias, comprueba que la envidia que le tienen, es el justo y merecidísimo homenaje que la mediocridad de muchos, rinde a su inobjetable talento.

Muy distinta sería la suerte de Yucatán y de México, si tuviéramos muchos legisladores con las capacidades que lucen en Jorge Carlos Ramírez Marín, que no se va, ni se quiebra, para disgusto de muchos.

Seguimos pendientes…

Deja una respuesta