Religión

El ala conservadora de la Iglesia quiere que Francisco dimita

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Martes 10 de enero de 2023

Francisco podría ser destituido en un «plan secreto» ideado por la línea dura (conservadora) del Vaticano

Los informes dicen que la campaña, que comenzó días después de la muerte de su predecesor, espera ponerlo ‘bajo tal estrés que tendrá que renunciar’

Los conservadores del Vaticano consideran desde hace tiempo que Francisco es demasiado crítico con el capitalismo y demasiado liberal con la inmigración ilegal

Los conservadores del Vaticano están llevando a cabo un «plan secreto» para poner a Francisco bajo tal presión que tenga que dimitir, según se ha afirmado. 

La campaña contra el argentino comenzó pocos días después de la muerte de su predecesor, Benedicto XVI.

A pesar de haber declarado previamente que dimitiría si su salud se deterioraba, se creía muy poco probable que Francisco decidiera dimitir mientras Benedicto viviera para evitar que hubiera tres Papas viviendo en el Vaticano, una situación sin precedentes que habría avergonzado a la Iglesia católica.

Pero con la muerte de Benedicto el 31 de diciembre, la renuncia es ahora una perspectiva real. Eso ha abierto el camino para que los conservadores, que se oponen a su postura en temas que van desde la homosexualidad, el aborto, la comunión para los divorciados vueltos a casar y el celibato de los sacerdotes, empiecen a moverse en su contra.

Durante mucho tiempo le han considerado demasiado crítico con el capitalismo y demasiado liberal con la inmigración ilegal, y algunos han llegado a tacharle de «comunista».

«El plan secreto se formulará sobre varios ejes y fases, pero tendrá un objetivo: poner el pontificado bajo tal tensión que Francisco tenga que dimitir», declaró el domingo un cardenal italiano al diario La Stampa.

La campaña dependería «del progresivo debilitamiento del argentino, así como de sus opciones doctrinales, lo que creará un gran descontento que podrá ser utilizado en su contra».

«Los adversarios de Francisco saben que ahora mismo están en minoría, que necesitarán tiempo tanto para ganar consenso como para debilitar a Bergoglio», dijo el cardenal, refiriéndose al nombre de Francisco antes de convertirse en pontífice hace una década.

Algunos de sus enemigos operarán «en las sombras’, mientras que otros serán más abiertos en sus críticas, dijo el cardenal.

Entre estos últimos se encuentra el arzobispo Georg Gänswein, que durante 19 años fue secretario personal del papa Benedicto XVI.

Apodado «el George Clooney de la Santa Sede» por su buen aspecto, en los últimos días se ha mostrado muy crítico con Francisco.

En una entrevista con un periódico alemán, dijo que la decisión de Francisco de tomar medidas enérgicas contra el uso de la misa tradicional en latín había «roto el corazón» del Papa Benedicto.

«Le golpeó muy fuerte», dijo a Die Tagespost, describiendo la misa en latín como «un tesoro espiritual».

Y en un libro de próxima publicación, titulado Nothing But the Truth (Nada más que la verdad), el arzobispo Gänswein, de 66 años, describió cómo se quedó «conmocionado y sin palabras» después de que Francisco lo degradara del cargo de Prefecto de la Casa Pontificia en 2020.

Dijo que nunca fue capaz de alcanzar «un clima de confianza» con Francisco.

Otros destacados críticos conservadores de Bergoglio son Raymond Burke, cardenal estadounidense, y Gerhard Ludwig Müller, cardenal alemán y amigo del Papa Benedicto XVI.

El arzobispo Timothy Broglio, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, también se cuenta entre los críticos de Francisco y recientemente declaró a un periódico italiano que la posibilidad de que dimitiera era ahora «más factible» tras la muerte de Benedicto.

El Papa Benedicto sorprendió al mundo cuando anunció su renuncia en 2013, informando, en latín, de su decisión a una sala llena de cardenales.

Hay muchos en la Iglesia católica que «sueñan con volver a oír esas palabras, pero esta vez con inconfundible acento argentino», escribió Gianluigi Nuzzi, un destacado comentarista del Vaticano, en La Stampa.

Incluso los aliados de Francisco admiten que existe un cisma, cuando no una profunda ruptura entre conservadores y progresistas en las más altas esferas de la Iglesia católica.

«Hay tensiones, como siempre las ha habido en la historia de la Iglesia. No es un bloque monolítico», dijo monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, una dependencia del Vaticano.

Pero otros insistieron en que había pocas perspectivas a corto plazo de que Francisco tirara la toalla.

«Dimitirá si ya no es capaz de hacer frente a los desafíos de su pontificado, pero por ahora sigue adelante», dijo Walter Kasper, un cardenal alemán.

«Por el momento no está preparado para dimitir. Es obvio que hay un choque entre progresistas y conservadores, pero tenemos que mantener el diálogo entre los diferentes puntos de vista.»

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