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Los trabajadores abandonan masivamente el sindicato de Jorge Camelo

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Los trabajadores del municipio de Mérida están abandonando masivamente el que era hasta hoy día el sindicato que agrupaba el mayor número de empleados del ayuntamiento de Mérida, el sindicato de trabajadores al servicio del municipio de Mérida, que encabeza al menos hasta hoy, Jorge Camelo.

Jorge Camelo Escalante, quien fuera chófer de Guido Espadas, uno de los alcaldes más corruptos de esta ciudad, basa su control sobre la base trabajadora en los préstamos que otorga a sus afiliados.

Con el correr de los años, Camelo Escalante se ha ido empanizando y conforme se fue entendiendo mejor con los representantes de las distintas administraciones municipales, fue transformando su agrupación en un sindicato blanco.

Podemos definir un sindicato blanco como aquella agrupación de trabajadores que no cumple con su labor de representatividad y gestoria a favor de la base trabajadora.

Y merced a ser de todos conocido que el sindicato de Jorge Camelo es un sindicato anquilosado, inoperante y con fama de ser proclive a los asuntos poco claros, la gente ha comenzado a abandonarlo masivamente.

Lo anterior se ha acentuado en virtud de ser Jorge Camelo un dirigente distante, inaccesible y ajeno por completo a la problemática que aqueja a sus representados.

Como es natural, la base trabajadora de conformidad con las condiciones generales de trabajo que rigen al municipio, ha entendido perfectamente que tiene el derecho inalienable de ser representada por quien mejor le parezca (incluso a no ser parte de sindicato alguno) y ha optado por ir en pos de mejores alternativas.

Ello es lo que ha llevado a algunas voces a conjeturar que la agrupación del antiguo chófer de Guido Espadas está siendo víctima de ataques, lo que es irreal, inexacto e infundado. Camelo Escalante simplemente es víctima de su desidia e ineficacia.

El municipio de Mérida por definición tiene la obligación legal de mantenerse ajeno a la posibilidad de agruparse que tienen los trabajadores a su servicio. Hacemos votos para que las autoridades no caigan en el viejo truco de la victimización, que no aspira sino a tratar de disimular las grietas de una casa en ruinas (el sindicato de Jorge Camelo) que en cualquier momento amenaza con venirse abajo y sepultar a cuantos permanezcan debajo de sus techos y paredes. Es mejor salir lo antes posible, antes que se derrumbe.

Seguimos pendientes…

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