Yucatán

Carrillo Puerto, un gobierno que trabajó al lado de su pueblo

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Por Bernardo Caamal Itzá

Se han cumplido 98 años de la muerte de Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán, ejecutado durante la madrugada del 3 de enero de 1924 en el Panteón Civil de Mérida.

Carrillo Puerto al igual que sus hermanos Wilfrido, Edesio, Benjamín y otros diez acompañantes, tuvieron el mismo destino.

Su delito fue haber trabajado a favor de los suyos, lo que afectó los intereses de la Casta Divina y que hasta hoy en día han impedido que llegue al gobierno, algún régimen que se asemeje al gobierno carrillista.

Felipe, antes y durante su gobierno, estuvo muy cerca de la gente, para paliar las diversas necesidades de su pueblo. También diseñó planes para mejorar la educación, el turismo, la agricultura, entre otros.

Hasta la fecha, algunos de quienes lo conocieron, hablan de lo que significó su estancia en el gobierno estatal.

“Conocí a Carrillo Puerto, fue quien realmente trabajó por nosotros, lástima como todo, las traiciones hicieron que perdiéramos a este gran hombre”, recordaron en entrevista, ancianos entrevistados hace algunos años en Yaxcabá.

“Él (Felipe) tenía muchos seguidores, pero se rajaron, porque si nos hubiéramos unido, jamás lo hubieran tocado sus enemigos, aquí por las cercanías de San Felipe” (por el oriente del estado), señaló otra de las personas que vio su detención.

-¡Hermano! Nos hizo falta valor para defender a quienes luchaban por nosotros, remarcó nuestro entrevistado, mientras resbalaban algunas lágrimas por sus mejillas.

¿Ya ves que te persiguen, porque te vas? Cuestionaron campesinos de Kinil (Tekax) por la decisión del entonces gobernador.

Carrillo Puerto como gobernador, rindió protesta de ley el primero de febrero de 1922.

En el poco tiempo que duró su gobierno, realizó innumerables obras que marcaron los destinos de Yucatán. En materia educativa para que estudiaran los hijos de los jornaleros y campesinos, fundó la Universidad Nacional del Sureste, hoy conocida como Universidad Autónoma de Yucatán. Asimismo, abrió otros espacios educativos, como la Escuela Vocacional de Artes y Oficios, así como la Academia de la Lengua Maya, por tanto, sólo en su primer año de gobierno, abrió 417 escuelas públicas.

Carrillo Puerto, creyente de los resultados de la Revolución Social Mexicana, con el fin de acercar a los suyos los contenidos de la constitución de 1917, tradujo al maya, este valioso documento.

En lo que respecta al campo y para incrementar la producción agropecuaria, fundó la Comisión Local Agraria y apoyó de cerca al ejido.

Trabajó de cerca a la gente, repartió durante su gobierno, 664 mil 835 hectáreas, beneficiando a más de 30 mil familias; impulsó la construcción de caminos para unir a la población y facilitar el acceso a los centros arqueológicos, cuya restauración inició durante su administración.

Creó cooperativas de producción y consumo; inició programas de socialización de la riqueza pública. Declaró de interés público la industria henequenera, reduciendo la producción de fibra e impulsó la Liga de Medianos y Pequeños Productores de Henequén, lo que representó un enfrentamiento directo con los hacendados y los que veían con recelo su trabajo con la gente más pobre.

Realizó importantes acciones como gobierno, promulgando leyes que beneficiaron a la sociedad yucateca, y por otro lado, trabajó de acuerdo a las resoluciones adoptadas en los Congresos Obreros de Motul y de Izamal, aunque este hecho en su momento tuvo impacto a nivel nacional e internacional.

Carrillo Puerto, nació en Motul el 8 de noviembre de 1874, fue el hombre que creó instituciones y leyes y que favoreció el desarrollo de Yucatán, por lo que hoy, las huellas de Felipe se mantienen vigentes en la memoria popular y en algunas inscripciones que es posible leer, como en la liga de resistencia, y que aún se encuentran en algunos edificios públicos como el de Tekax y de otros municipios del Estado.

Para honrar la memoria de este hombre visionario y estadista, no basta con los discursos de los gobiernos en turno, sino que se requiere que trabajen tal como se comprometieron al asumir su encargo, y que esa labor se apegue a la ley, lejos del partidismo que hoy los caracteriza, en donde hacen falta valores humanos y éticos, y que al final han sumido más en la pobreza a quienes habitan esos lugares, que un día fueron gobernados por Felipe Carrillo Puerto.

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