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Se sacude Liborio Vidal la jettatura de Carlota Storey. Ahora es dueño de su destino

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La Secretaría de Educación en Yucatán es una dependencia muy sui generis. Su titular da la cara, pero nunca manda en ella. Históricamente quién esté a cargo debe supeditarse a otra figura, que actuando en un aparente segundo plano, es el verdadero poder tras el trono.

Esta situación acontece en mérito de ser tradición que la secretaría de educación es una entidad altamente politizada y los maestros se han caracterizado por sus labores como operadores políticos del gobierno en turno.

Lo anterior, (el papel de operadores políticos de los maestros) fue una realidad incontrovertible durante el priato, propiciando esta circunstancia las figuras de personajes impresentables como Carlos Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo. De tal suerte, el SNTE a imitación del mítico Fausto de Goethe, vendía su alma al mejor postor (inicialmente al PRI, sucesivamente al PAN y a últimas fechas, a MORENA), constituyéndose en una auténtica falena de la política.

Yucatán no escapó de esta situación inicialmente las secciones sindicales apoyaron al PRI, para posteriormente acaudilladas por Felipe Duarte y su Red de Maestros, ponerse al servicio del PAN y para finalmente, dada la naturaleza camaleonica de su dirigente, terminar como tapetes de MORENA, lo mismo que otros membretes cibernéticos encabezados por dirigentes de poca monta.

Como comentábamos, es tradición que el secretario de educación no sirva más que como parapeto para las disposiciones del verdadero poder en la dependencia supuestamente a su cargo. Así sucedió durante el período de Patricio Patrón, estando como titular Carmen Solís Robleda, que tuvo como genio del mal a Blanca Genoveva Estrada Mora. Con Ivonne Ortega llegó Raúl Godoy Montañez, que estuvo sucesivamente bajo las botas de Rolando Zapata y posteriormente de Víctor Sánchez Álvarez. Llegado Rolando Zapata, se mantuvo de inicio Godoy, que debió supeditarse a los dicterios de Víctor Caballero.

Cuando a Víctor lo infectó el virus sucesorio, Rolando lo puso en educación para placearlo y tras dejar la dependencia para la desastrosa campaña rumbo a la alcaldía, asumió la titularidad Delio Peniche, pero siguieron siendo los chicharrones de Víctor los que tronaban.

Tras asumir Mauricio Vila la gubernatura, fue nombrada Loreto Villanueva Trujillo, funcionaria con antecedentes políticos personales y familiares en el tricolor. Loreto en lo particular es una buena persona, pero merced a ello y dada su inexperiencia en el ámbito político, le pusieron a Carlota Storey Montalvo como poder tras el trono, no precisamente por la experiencia docente de la Storey, sino en mérito de ser un alma negra, situación que consta a más de una persona en la dependencia.

Al iniciar el proceso electoral del año en curso y ante la necesidad de sumar apoyos en lo político y obtener la mayoría en el congreso, Mauricio Vila premió el desempeño operativo de Liborio Vidal otorgándole la titularidad de la Secretaría. Empero, Liborio tuvo siempre la sombra de la Storey que se constituyó en una verdadera piedra en el zapato y que no lo dejaba ser, ni hacer.

Era bola cantada que el mundo de la Secretaría de Educación era demasiado pequeño para ambos y que uno de los dos salía sobrando. De suerte tal, que sólo cabían dos alternativas: que Liborio liara los bártulos y entregase la estafeta a otra persona o bien, que la Storey saliera.

Finalmente como el hilo se rompe siempre por lo más delgado, la Storey salió por la puerta de atrás, con el consecuente beneplácito de más de uno en la dependencia y con ello, Liborio Vidal puede sentirse por fin secretario y poner a los suyos, tomando su destino político en sus propias manos.

A partir de ahora, para bien o para mal, cuanto suceda en Educación es responsabilidad íntegra de Liborio Vidal, que deberá responder por ello, ante su jefe inmediato, el gobernador del estado, Mauricio Vila y a final de cuentas, ante el pueblo yucateco.

De manera lenta pero intermitente, Liborio ha ido llevando a la dependencia a algunos paisanos suyos, como Leonel Escalante y Eufracio Osorio, tratando de rodearse de gente que le aporte el conocimiento del ámbito educativo que apenas está en proceso de adquirir.

Estaremos atentos a cuanto suceda en la Secretaría de Educación. Por lo pronto, no se necesita ser un genio para suponer que en el grupo liborista, debe haber fiesta y en grande.

Seguimos pendientes…

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