Internacional

Nicolás Maduro califica como basura y veneno una carta de la Santa Sede

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El dictador venezolano Nicolás Maduro catalogó como «basura», «veneno», y llena de «odio» y «cinismo» una carta de la Santa Sede que anima a los gobernantes de Venezuela a abrirse al diálogo en busca de la superación de la crisis que atraviesa el país.

El secretario del Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, escribió a un dirigente empresarial venezolano una carta en la que animaba a los gobernantes de Venezuela abrirse al diálogo en busca de la superación de la crisis que atraviesa actualmente el país.

Sin embargo, la carta tuvo el recibimiento propio de Nicolás Maduro, presidente del país, quien la catalogó como «basura», «veneno», y llena de «odio» y «cinismo».

Añadió también durante una conferencia televisada que «cuando todo el mundo está hablando de producir, de unirse por Venezuela, de superar la crisis económica, viene ahí un cura totalmente desconocido, no sé si es un monseñor o un obispo, y leyó una carta supuestamente de Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, quien fue embajador del Vaticano aquí en Venezuela».

La carta en cuestión, con fecha del 23 de junio, tenía como destinatario al presidente de Fedecámaras Venezuela, Ricardo F. Cusanno, y se hizo pública durante la edición número 77 de la asamblea anual de la organización, en la cual se trataban «temas sobre el futuro de la economía del país y su vinculación por la paz».

En la carta mencionada, el Cardenal Parolin comunicaba, entre otras cosas, que era consciente del compromiso que tiene dicha organización «con el desarrollo económico y social del país, y los esfuerzos que están realizando en la promoción de una Venezuela más justa, democrática, productiva y emprendedora, en la que reine una verdadera justicia social».

«Al igual que ustedes, considero que es importante que la sociedad civil sea también protagonista de la solución a la crisis actual de ese amado país, una solución que solo se dará si los venezolanos, y especialmente los que tienen algún tipo de responsabilidad política, están dispuestos a sentarse y a negociar (…) sobre cuestiones concretas que den respuesta a las verdaderas necesidades de los venezolanos», continúa el texto.

El Cardenal insistió en que, para lograr esto, la voluntad política de los implicados y el interés por el bien común, junto al apoyo de la sociedad civil y las comunidades internacionales son factores esenciales en el proceso.

«Les aseguro mi oración para que el encuentro sea fructífero y para que, por intercesión del Beato Dr. Hernández, todos, con generosidad de espíritu, sepamos poner el bien del prójimo, el bien común, por encima de nuestros intereses personales», ultimó el Cardenal Pietro.

Para Maduro, la carta «era un compendio de odios, de veneno, de rencillas, de casquillo, de cinismo; una carta verdaderamente llena de odio, de desastre nacional, la carta de Pietro Parolin».

Continuó: «¿Qué tiene que ver el canciller del Vaticano con la asamblea de una organización empresarial venezolana? Pregunto yo, ¿qué tiene que ver? Explícalo Pietro Parolini (sic)».

Asimismo, alegó que la carta fue un desastre pues «descompensó totalmente el ánimo», básicamente una «basura que envió Pietro Parolin, supuestamente. No me consta que él la haya enviado».

Diálogo y persecución por el gobierno venezolano

Han pasado varios meses desde que comenzó la negociación sobre la realización de una mesa de diálogo entre los principales miembros del régimen de Maduro y los líderes opositores del país, con el gobierno de Noruega como intermediario y sede en México.

A pesar de esto, los hechos no marchan bien, pues recientemente se han realizado varios intentos de detención forzosa por parte del gobierno a políticos de la oposición.

Primero ocurrió con Juan Guaidó, líder opositor del país. Sin embargo, los funcionarios encargados no tuvieron éxito, pues los vecinos intervinieron para evitarlo luego de haberse enterado de lo que sucedía a través de tuits que su esposa, Fabiana Rosales, compartió al momento en busca de ayuda.

Por otro lado, el gobierno acusaba a Freddy Guevara, exdiputado opositor, de cargos de terrorismo, traición a la patria y asociación a delinquir, relacionándolo al asesinato de 26 personas ocurrido recientemente en la capital.

Guevara transmitió en vivo vía Instagram el momento exacto en el que funcionarios encubiertos rodearon su auto y lo llevaron detenido.

Maduro ha presentado condiciones respecto a su participación en el encuentro en México, las cuales consisten en la anulación de sanciones de EE.UU. y la Unión Europea contra Venezuela, el reconocimiento de los poderes públicos por parte de todos los partidos políticos y que «todos los sectores renuncien a planes violentos con delincuentes, golpes de Estado, magnicidio y otros caminos de la violencia».

El pasado 22 de julio, Luis Almagro, secretario general de la OEA, logró reunirse con la familia y los colaboradores de Guevara e informarse de su estado actual: «arbitrariamente detenido y con un delicado estado de salud».

«Exigimos a la dictadura de Venezuela el pleno respeto de sus derechos y su inmediata liberación», declaró posteriormente Almagro vía Twitter.

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