Internacional

Los tesoros expatriados más disputados

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El Penacho de Moctezuma que López Obrador reclama y Viena niega es el último capítulo de una historia que se repite a lo largo del planeta. Símbolos de la historia de sus respectivos países y de incalculable valor, saltan a los titulares cada vez que las autoridades de sus lugares de origen exigen que se les devuelvan. Pero es solo la punta del iceberg.

Estas son las odiseas de los mármoles de Elgin, el busto de Nefertiti, el Tesoro de Príamo, el de los Quimbayas y el de la Puerta de Isthar.

  1. El Penacho de MoctezumaEl Penacho de Moctezuma que López Obrador ha vuelto a traer a la actualidad se conserva en el Museo Antropológico de Viena y es reclamado por México desde 1991. El abanico de plumas de quetzal y oro, en estado de gran fragilidad, simboliza el poder máximo del México Antiguo que finalizó con la conquista española en 1521 y también el supuesto saqueo de su riqueza.Ha sido durante años la joya que las autoridades han anhelado repatriar de cara a 2021, cuando confluirán las celebraciones de los 700 años de la fundación de Tenochtitlán, 500 años de la conquista y los 200 años de vida independiente.Se trata de un abanico ceremonial con 68 piezas de oro de 24 kilates, 400 plumas de quetzal y un escudo de guerra que representa el poder y la sabiduría en la cosmogonía náhuatl. La historia señala que el penacho le pertenecía aMoctezuma Xocoyotzin (1466-1520), el emperador que recibió a Hernán Cortés en 1519.Según las versiones que se consulten, Moctezuma le regaló el penacho a Cortés, quien lo obsequió al rey Carlos I de España y V de Alemania, o Cortés lo sustrajo junto con el bastón de mando, el escudo de armas y el banderín del gobernante

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