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Lecciones a partir del reemplacamiento, que los panistas deben considerar

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Posponer el pago del reemplacamiento en vez de cancelarlo, o efectuar un descuento significativo en el monto, fue lo que decidió el gobierno del estado, que encabeza Mauricio Vila. Esta situación en vez de ser elogiada por la ciudadanía, fue objeto de críticas.

El gobernador y su gabinete de colaboradores no sólo no demostraron empatía social y solidaridad, portándose igual que el agiotista que concede ampliar el término de pago para continuar la sangría económica, sino que además hicieron evidentes una serie de conclusiones, que ante la cercanía de la época electoral, resultan de primera importancia:

1.- Resulta existente que en el blanquiazul existen dos bandos, que no sólo se excluyen mutuamente, sino que también actúan en sentido contrario.

2. – Es importante advertir que a pesar de lo planteado por el discurso oficialista, el partido no pertenece a nadie y no está escriturado a favor de ninguna figura a pesar de su cargo o su estirpe.

3. – Cada gobierno es directamente responsable de sus actos y debe asumir políticamente los costos (favorables o no) de los mismos.

4. – Lo que hace cada militante, sobre todo si ocupa una posición de relieve en el aparato gubernamental, impacta directamente a la marca, sea a favor o en contra.

5. – La militancia debe identificar con objetividad quienes son los personajes que provocan rechazo social e inhibirlos de participar en el palomeo de candidaturas y de no ser posible, no apoyar sus alternativas, para no sufrir una catástrofe en las urnas.

6.- La militancia debe ser capaz de advertir quienes son los candidatos mejor posicionados, con mejor imagen, con menos negativos a identificar y apoyar su viabilidad y propuestas, a efecto de obtener los mejores resultados en la próxima contienda electoral.

7. – Los panistas no deben ser reos de la presión ejercida por medio de dádivas o amagos de amenaza, si quiere garantizar la viabilidad del proyecto blanquiazul.

8. – El panismo debe advertir la importancia de establecer alianzas sociales y políticas para respaldar su proyecto electoral. En las condiciones que imperan, no ganarán solos jamás. Pero las alianzas deben ser redituables para la marca y no provocadas por el amiguismo.

9. – El partido debe tener la humildad de admitir los errores y desatinos cometidos en el ejercicio del poder y tener la humildad de reconocerlos, a través de un discurso conciliador y de integración social.

10. – Debe trabajarse ya en aumentar las fortalezas, reducir las debilidades y dedicarse a las áreas de oportunidad.

Y sobre todo, los panistas deben ser capaces de entender que los puestos son prestados y que las guerras más sangrientas y que mayores costos tienen, son las que se libran entre hermanos.

Los panistas meridanos no son tontos y saben que cometieron ya varios errores, avalando gente ajena a nuestra entidad para cargos relevantes y no eligiendo líderes de tiempo completo. Negarse a admitir el grado de complejidad del proceso venidero y que no se cuenta con la mejor postura de popularidad, podría ser mortal. La elección debe hacerse tras una profunda reflexión y análisis, para rectificar y retomar el rumbo, que buena falta que hace.

Quien tenga oídos para oír, que lo haga. Esa puede ser la diferencia entre el éxito y el desastre.

Seguimos pendientes…

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