Oh, no podéis imaginar lo que es el Infierno…
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Martes 11 de febrero de 2025
Tomado de los Cuadernos de María Valtorta
Dice Jesús:
Hoy os hablaré del Reino del Monstruo de los Abismos.
Todos tienen la Misión de enseñar a vuestros hermanos, estas
verdades que han olvidado demasiado. Pues en este olvido se originan
tantos males para los hombres, porque es un desprecio de las
Verdades Eternas.
Los hombres de vuestro tiempo ya no creen en la existencia del
Infierno. Se han construido “un más allá” según su propio deseo, de
tal modo que sea menos aterrador para su conciencia, que es
merecedora de grandes castigos.
Como son discípulos, relativamente fieles, del Espíritu del Mal,
saben que su conciencia retrocedería ante ciertas fechorías, si de
verdad creyeran en el Infierno tal como lo enseña la Fe.
Saben que si cometieran esa fechoría, su conciencia volvería en sí
misma y por el remordimiento o por el miedo, llegarían a arrepentirse
y arrepintiéndose, encontrarían el camino para volver a Mí.
La Maldad que les enseña Satanás, del que son siervos o esclavos, no
admite estos retrocesos y estos regresos. Por eso él trata de anular la
creencia en el Infierno tal como es, y les insiste, en que hasta el mayor
pecador de la humanidad puede redimirse y llegar a Mí a través de
fases sucesivas, es decir, Re-Encarnándose.
Cosa Totalmente Falsa !
Judas, el hijo predilecto de Satanás; el ladrón, tal como está escrito
en el Evangelio y que era concupiscente y ansioso de gloria humana;
el Iscariote que, por la sed insaciable de la triple concupiscencia, se
convirtió en mercante del Hijo de DIOS, me entregó a los verdugos
por treinta monedas y por la señal de un beso.
Perdonar a Judas sería un sacrilegio hacia mi Divinidad, que
traicionó; sería una injusticia hacia todos los demás hombres que, en
todo caso, son menos culpables que él y que, aún así, son castigados
por sus pecados; sería despreciar mi Sangre y sería, en fin, faltar a
Mis Leyes.
Yo, DIOS Uno y Trino, he dicho que lo que está destinado al
Infierno, quedará en él eternamente, porque de esa muerte no se surge
a una nueva resurrección. He dicho que ese Fuego es Eterno y que
acogerá a todos los que cometieron escándalos e iniquidades.
Y no creáis que esto durará solo hasta el momento del Fin del
Mundo. Al contrario, esa morada de llanto y de tormento se hará
más despiadada, porque el Infernal Placer que aún se concede a sus
huéspedes – de poder dañar a los vivos y ver precipitar en el abismo
a nuevos condenados- ya no será posible ¡!!
La Puerta del abominable Reino de Satanás será remachada y
clausurada por Mis Ángeles para siempre; será ése un SIEMPRE
cuyo número de años no tiene número; un siempre tan ilimitado que,
si los granillos de arena de todos los océanos de la tierra se
convirtieran en años, formarían menos de un día de Mi Eternidad
sin medida, hecha de Luz y de Gloria en las Alturas para los
Benditos… Pero también Eternidad hecha de Tinieblas y de Horror
en el Abismo, para los Malditos.
Les he dicho que el Purgatorio es Fuego de Amor. Y que el Infierno
es Fuego de Rigor.
El Purgatorio es un lugar en el cual expiáis la carencia de amor hacia
vuestro DIOS, cuya Esencia brilló ante vosotros durante el instante
de vuestro juicio particular y que despertó en vosotros un incolmable
deseo de poseerlo.
En el Purgatorio, a través del amor conquistáis el Amor y, por niveles
de caridad cada vez más viva, laváis vuestras vestiduras hasta hacerlas
cándidas y brillantes para entrar en el Reino de la Luz.
El Purgatorio es un lugar en el cual el pensamiento de DIOS, el
recuerdo del DIOS que el Purgante logró sentir en el juicio
particular, es un deseo santo, nostalgia dolorida pero llena de
esperanza, esperanza colmada de serena espera y de segura paz, que
será perfecta cuando llegue a convertirse en la conquista de DIOS.
Esta Esperanza va dando al Espíritu Purgante, una jubilosa actividad
purgativa porque cada pena, cada instante de pena, le acerca a DIOS,
su único amor.
En cambio, el Infierno es un lugar en el cual el pensamiento de
DIOS, el recuerdo de DIOS que el condenado vislumbró en el juicio
particular, es remordimiento, es resquemor, es tormento, es odio;
odio hacia Satanás, odio hacia los hombres y odio hacia sí mismo.
Tras haber adorado en la vida a Satanás, en vez de Adorarme a Mí,
Su DIOS, ahora que le poseen a él, y ven su verdadero aspecto, que
ya no se oculta bajo la hechicera sonrisa de la carne, ni se esconde
bajo el brillante refulgir del oro, ni bajo el poderoso signo de la
supremacía, ahora los Condenados le odian porque es la causa de sus
tormentos.
Tras haber adorado a los hombres -olvidando su dignidad de hijos
de DIOS- hasta llegar a ser asesinos, ladrones, estafadores, mercantes
de inmundicias por ellos, ahora que se encuentran con esos patrones
por los que mataron, robaron, estafaron, vendieron el propio honor
y el honor de tantas criaturas infelices, débiles, indefensas y que
convirtieron en instrumento de su lujuria, ahora, les odian porque
también son la causa de sus Tormentos Eternos.
Tras haberse adorado a sí mismos auto-otorgándose todas las
satisfacciones de la carne, los siete apetitos de su carne y de su sangre
y después de haber pisoteado la Ley de DIOS y las Leyes de la
Moralidad, ahora se odian porque ven que ellos mismos son también
causa de sus tormentos, porque la Lujuria que tenían, que es el vicio
que ni las bestias conocen y que es el atributo del hombre envenenado
por Satanás, fue lo que los llevó a ese Lugar de Horror.
La palabra “Odio” tapiza el Reino Inmedible del Infierno ¡!!
Esa palabra ruge en esas llamas, brama entre las risotadas de los
demonios y solloza y aúlla en los lamentos de Los Condenados…
Ese Odio suena, suena y re-suena como una Eterna Campana que
toca a rebato, retumba como un Eterno Cuerno Pregonero de Muerte
y colma todos los recovecos de esa cárcel, que es el Infierno ¡!!
Ese Odio sonoro… es por sí mismo un Tormento, porque cada
sonido suyo renueva el recuerdo del Amor perdido para siempre, el
remordimiento de haberlo querido perder y la desazón de no poder
volver a verlo jamás.
Entre esas llamas, el alma muerta, al igual que los cuerpos arrojados
a la hoguera o en un horno crematorio, se retuerce y grita como si la
animara de nuevo una Energía Vital y se despierta para comprender
su error; y muere y renace a cada instante en medio de atroces
sufrimientos, porque el remordimiento la mata como una maldición.
Y la Muerte la vuelve a la vida para padecer de nuevo otro tormento!
El delito de haber traicionado a DIOS durante su tiempo terrenal, se
mantiene frente al alma durante toda la Eternidad; y el error de haber
rechazado a DIOS en ese tiempo de su vida terrenal, estará presente
para atormentarla también, toda la Eternidad.
En el Infierno, las llamas del Fuego abrasador simulan los Espectros
de lo que adoraron en la vida terrena. Por medio de candentes
pinceladas, las Pasiones de la Carne se presentan con las más
apetitosas apariencias y vociferan:
“Quisiste el fuego de las pasiones ¡! Ahora experimenta el Fuego
encendido por DIOS, cuyo Santo Fuego tu escarneciste”.
A fuego corresponde Fuego.
En el Paraíso es Fuego de amor perfecto, en el Purgatorio es Fuego
de Amor Purificador y en el Infierno es Fuego de Amor Ultrajado.
Para los que amaron a la perfección, el Amor se dará a ellos en su
Perfección.
Pero a los Purgantes que amaron débilmente, el Amor se hará llama
para llevarles a la Perfección.
En cambio, a los Malditos que ardieron en todos los fuegos, menos
en el Fuego de DIOS, el Fuego de la IRA de DIOS los quemará por
toda la Eternidad.
Y en ese Fuego también hay hielo ¡!!
Oh, no podéis imaginar lo que es el Infierno…
Tomad fuego, llamas, hielo, aguas desbordantes, hambre, sueño, sed,
heridas, enfermedades, plagas, muerte, es decir, todo lo que
atormenta al hombre en la tierra… haced una única suma y
multiplicadla millones de veces, y tendréis sólo una sombra de lo que
es Verdaderamente el Infierno ¡!!
En ese lugar, el Calor Abrasador se mezcla con el Hielo Sideral.
Los Condenados ardieron en todos los fuegos humanos y tuvieron
únicamente hielo espiritual para con el Señor, su DIOS. Ahora, en el
Infierno, el hielo les espera para congelarles después que el fuego los
haya sazonado, como a los pescados puestos a asar en las brasas.
Este pasar del ardor que derrite al hielo que condensa, es un tormento
en el Tormento.
Esto no es un lenguaje metafórico, pues DIOS puede hacer que las
almas, ya bajo el peso de las culpas cometidas, tengan una
sensibilidad igual a la de la carne !
Vosotros no sabéis y no creéis. Mas en verdad os digo que os
convendría más soportar todos los tormentos de mis mártires, que
una hora de esas Torturas Infernales.
El Tercer Tormento es la Oscuridad; la Oscuridad Material y la
Oscuridad Espiritual.
Será permanecer para siempre en las Tinieblas tras haber visto
momentáneamente la Luz del Paraíso, durante el Juicio Particular ¡!!
Serán abrasados por las Tinieblas tras haber visto la Luz que es
DIOS…
Será debatirse en ese horror tenebroso, en el que solamente se
iluminan los nombres de los pecados que cometieron, con el reflejo
del Espíritu que está siendo quemado ¡!!
En medio de ese revuelo de Espíritus que se odian y se dañan
recíprocamente, solo encuentran apoyo en la desesperación que les
enloquece y que cada vez más les hace más Malditos.
Será nutrirse de esa desesperación, apoyarse en ella y matarse con ella.
La desesperación que es muerte, nutrirá a estos muertos eternamente.
La muerte nutrirá a la Muerte.
Y os digo que a pesar de que Yo creé ese lugar, cuando descendí a él
para sacar del Limbo a los que esperaban mi venida, sentí horror de
ese Horror.
Lo sentí Yo mismo, DIOS; y si no hubiera sido porque, lo que ha
hecho DIOS es inmutable por ser perfecto, habría intentado hacerlo
menos atroz, porque Yo soy el Amor y ese lugar horroroso produjo
dolor en Mí.
¡¿Y vosotros queréis ir allí?!
¡Oh hijos, reflexionad sobre esto que os digo!
A los enfermos se les da una amarga medicina; a los cancerosos se les
cauteriza y se les cercena el mal.
Este conocimiento del Infierno es para vosotros, enfermos y
cancerosos del Pecado, medicina y cauterio de cirujano.
No la rechacéis. Usadla para sanaros.
La vida no dura esos pocos días terrenos que vivís en la Tierra ¡!!
La Vida comienza cuando os parece que termina, y ya no acaba más.
Haced que vuestras vidas se deslicen hacia donde La Luz y El Júbilo
de DIOS embellecen la Eternidad…
Yo morí en la Cruz, entre tormentos tales que pueden compararse a
los de este Infierno que os explico, para salvaros a todos vosotros de
esa Muerte Horrenda…
No vayáis a ese Infierno, donde Satanás es el Eterno Torturador ¡!!
Por vuestro Propio Bien, No me deis esa Tristeza…
Alejaos de todo aquel que os diga que el Infierno no existe.
Quien os insinúe eso, tened por seguro, que es un Emisario del
mismísimo Demonio, para atraeros hacia él ¡!!
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