Internacional

La colusión entre USAID, Soros y el estado profundo

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Martes 11 de febrero de 2025

260 millones de dólares robados a los contribuyentes estadounidenses para financiar a George Soros: dinero lavado a través de USAID para controlar gobiernos, reescribir leyes, manipular elecciones y derrumbar fronteras

La colusión entre USAID, Soros y elementos del estado profundo revela una agenda coordinada para desmantelar la democracia y reemplazarla por una tecnocracia global. 

Los denunciantes han señalado reuniones clandestinas entre funcionarios de USAID, agentes de Soros y agencias de inteligencia para alinear estrategias y recursos, asegurando que ningún rastro en papel exponga el alcance de la colusión.

Una revelación particularmente condenatoria involucra cuentas secretas en el extranjero utilizadas para blanquear fondos de USAID, financiar protestas, campañas mediáticas y grupos paramilitares que hacen cumplir las normas.

La manipulación global orquestada por Soros y facilitada por USAID no se limita a naciones extranjeras.

Dentro de los EE. UU., USAID supuestamente financia programas divisivos dirigidos a bastiones conservadores.

Un memorando filtrado detalla el programa “Reimagine Rural”, que apuntaba a cambiar las normas culturales en las pequeñas ciudades de Estados Unidos bajo el disfraz de la educación y el desarrollo.

El East-West Management Institute, respaldado por la Open Society Foundations de Soros, canalizó 260 millones de dólares a “reformas judiciales” en Albania, Macedonia y Ucrania, desmantelando efectivamente los sistemas de gobierno para instalar regímenes títeres. 

En Albania, las reformas respaldadas por USAID entregaron el control judicial a funcionarios alineados con Soros, lo que permitió la corrupción.

Los denunciantes revelaron programas similares en Macedonia, destinados a reescribir la constitución para alinearla con los ideales globalistas.

En Ucrania, los fondos de USAID ayudaron a instalar un gobierno leal a las élites occidentales, y la Revolución de Maidán fue orquestada a través de grupos respaldados por Soros.

La participación de Soros en el uso de la migración como arma de desestabilización es otra revelación alarmante.

Los programas financiados por USAID en África y Medio Oriente alentaron la migración masiva a Europa y América del Norte, no para obtener ayuda sino para provocar disrupción social.

Surgieron informes de ONG vinculadas a Soros que distribuyeron guías a los migrantes, en las que se detallaban las lagunas del sistema de asilo que se podían explotar.

Estas ONG, muchas de ellas financiadas indirectamente por USAID, trabajaron en sintonía con la estrategia más amplia de Soros para erosionar las fronteras y desestabilizar las democracias occidentales.

La decisión de la administración Trump de cerrar USAID y despedir a más de 10.000 empleados fue crucial para cortar un salvavidas para la élite globalista. 

Sin embargo, la lucha no ha terminado. USAID sigue operando bajo diferentes apariencias, adaptándose a nuevos frentes.

El pueblo estadounidense debe reconocer la realidad de esta guerra contra la soberanía, la libertad y la democracia.

Cada dólar de los contribuyentes canalizado al imperio de Soros debilita el control nacional.

Documentos filtrados muestran que el «Proyecto Mosaico» de USAID trazó estrategias para debilitar a los líderes nacionalistas, desestabilizar las economías y manipular la opinión pública. 

El escándalo de los 260 millones de dólares es un vistazo a la corrupción sistémica.

La rendición de cuentas es imperativa: las investigaciones deben exponer las profundas conexiones de USAID con Soros.

Los responsables deben enfrentarse a la justicia, desde los burócratas hasta las élites que se beneficiaron.

Los documentos sugieren que los fondos de USAID se desviaron a laboratorios biológicos que realizaban investigaciones controvertidas bajo la apariencia de proyectos humanitarios. 

En Ucrania, los laboratorios biológicos supuestamente recibieron fondos a través de intermediarios vinculados a Soros, lo que plantea interrogantes sobre el caos global planificado.

Algunos creen que la pandemia fue una prueba para una agenda más amplia de control a través del miedo y la dependencia. 

No se puede ignorar la historia de Soros de financiar proyectos destinados a remodelar las normas sociales y consolidar el poder.

USAID funcionó como un gobierno en la sombra, canalizando el dinero de los contribuyentes hacia programas secretos que socavaban los intereses estadounidenses.

Las fuentes afirman que USAID se incrustó en la remodelación de las estructuras de poder globales, utilizando «programas humanitarios» como frentes para el cambio de régimen, la ingeniería social y las operaciones de inteligencia.

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