Sacerdotes mayores de 90 años continúan su ministerio, porque Dios no se jubila y el diablo tampoco
ElDebate.com (10 de enero) escribió sobre sacerdotes españoles de ciudades y remotos pueblos de montaña que superan los 90 años.
En la diócesis de Getafe (Madrid), don Fernando González, de 90 años, es vicario parroquial de San Simón de Rojas (Móstoles) y consiliario de Acción Católica en su parroquia. Sigue sirviendo al Señor «con alegría y entusiasmo».
En el mismo municipio madrileño, don Miguel Medina, de 91 años, lleva casi siete décadas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Participa en la labor pastoral allí donde se le pide, en la celebración diaria de la misa y en el sacramento de la confesión.
Don Joaquín Alía, de 90 años, ayuda en Santa Sofía de Alcorcón (Madrid) en la celebración de la Eucaristía, incluso en el Camino Neocatecumenal, y en las confesiones. Visita al grupo de matrimonios, a los enfermos, al grupo bíblico y a los ancianos en sus casas.
Don Ángel Matilla Castro, de 90 años, es párroco de la diócesis de Astorga (León). Ha estado al frente de parroquias en muchos pueblos y ahora lamenta que «sólo visito dos».
Don Guillermo Pons, de 93 años, es sacerdote de la isla de Menorca. Sigue presidiendo la eucaristía diaria y publica artículos en diversas revistas y publicaciones, así como en la colección Trifolium, dedicada a la angelología, que se edita en Francia.
Don Francisco San José Palomar, de 91 años, es «plenamente activo» en la diócesis de Albacete, donde permanece adscrito a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima. También comenta regularmente el Evangelio dominical en el boletín dominical diocesano. Sigo activo «porque mi cabeza trabaja y mis pies me llevan», afirma.
En Lugo, don José Sarandeses, de 92 años, está al frente de cuatro parroquias. Llegó a San Cristóbal de Borraxeiros en 1966 y desde entonces es su párroco: «Aquí había mil personas y ahora sólo hay 130», dice: «Esto ocurre en todas las aldeas de Galicia». Aún viaja en coche para llegar a sus aldeas: «Sigo en activo porque si me voy de aquí, ningún sacerdote podrá volver a estas aldeas».
Don Jesús Landa, de 92 años, es párroco de Gavín (diócesis de Huesca) y de una docena de pueblos de los Pirineos. En su diócesis hay otros dos sacerdotes nonagenarios en activo: Don Máximo Garcés, en Sos del Rey Católico y sus alrededores, y Don Emilio Navarro, en Uncastillo.
Don Jesús González, de 92 años, celebra dos eucaristías semanales en la Capilla del Museo, perteneciente a la parroquia de San Vicente Mártir de Sevilla.
Otro sacerdote de la Archidiócesis de Sevilla, Don Juan Cotán, de 95 años, colabora con las parroquias de su zona en todo lo que le piden. También acompaña a varias comunidades en el Camino Neocatecumenal y acaba de viajar a Roma.
Don José Luis Fernández Polvorosa, de 92 años, está al frente de las parroquias de Santa María de La Fresneda, San Miguel de Barreda y San Cosme de Bobes (Archidiócesis de Oviedo), que suman casi 7.000 almas. «Cojo el coche, lo saco del garaje y conduzco», dice.
No tiene planes de jubilarse: «Dios no se jubila… y el diablo tampoco», dice: «Mientras me quede un minuto de vida y aliento, quiero dedicárselo al Señor».