Opinión

Cecilia Patrón, lealtad y compromiso

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Sábado 31 de agosto de 2024

Cecilia Patrón cumplirá hoy el sueño de toda su vida: gobernar la ciudad que le vio nacer. Empero, a pesar de tan fausta ocasión, la menor de los hermanos de la dinastía Patrón Laviada lo hará en medio de una serie de circunstancias por demás complicadas.

Cecilia asumirá hoy la alcaldía de nuestra ciudad, abanderando a un partido inmerso en una profunda crisis de descrédito, un partido que ha renegado y abandonado sus valores y principios y que se encuentra profundamente dividido y cuestionado.

Históricamente el Partido de Acción Nacional era una entidad que encarnaba los ideales de decencia, orden, honestidad y buenas costumbres con los que se identificaba la ciudadanía; todos estos valores se fueron perdiendo, al ser abandonados en aras de obtener el poder y de alcanzar todo lo que esto implica: influencias y dinero.

Es triste admitirlo, pero en la actualidad el PAN es todo aquello que su fundador repudiaba y a lo que se oponía: un partido sin moral, pletórico de oportunistas, con evidentes vicios y con numerosos casos de malos manejos y corrupción.

El panismo por tanto, ha dejado de ser la opción patriótica, provida y profamilia que tantos actos heróicos gestó, ha dejado de ser la cuna de próceres capaces de enfrentar golpizas y persecuciones, en aras de hacer lo correcto, que se constituyeron en paradigma y ejemplo de nuestra patria y tanto lustre dieron a su institución.

Con el olvido de sus principios, con el abandono de sus ideales, con la transformación de su lenguaje, abrazando en la actualidad la malhadada ideología de género, con la vergüenza por sus valores, Acción Nacional ha dejado de ser una opción confiable y atractiva y se ha visto rechazada por la ciudadanía, que rechaza la hipocresía de un partido, que predica una cosa y hace exactamente lo contrario.

Peor aún, Acción Nacional se ha mimetizado y hecho causa común exactamente con aquellos a los que antaño tanto criticaba y combatía, con tal de preservar el poder. Todo ello ha llevado al partido a una crisis de credibilidad y a una degradación que los han llevado a reducir la talla y calidad de sus representantes.

Lo peor de todo esto, es que al convertirse en todo aquello contra lo que históricamente había luchado, Acción Nacional ha hecho a un lado cuadros verdaderamente valiosos y leales, para dar cabida a mentecatos y oportunistas. Por supuesto, todo ello se ha traducido en las urnas en estrepitosos descalabros.

No exageramos en lo más mínimo: los más recientes acontecimientos electorales sustentan nuestro dicho; al día de hoy, Acción Nacional es un partido sumido en una profunda crisis de identidad, dividido, con abundancia de escándalos y herido seriamente por la traición de muchos de sus militantes, incluso aquellos que se consideraban históricos y paradigmáticos.

Acción Nacional paga hoy el precio de su soberbia, de sus malas decisiones, de la renuncia de sus principios, de sus pésimas alianzas y de la estupidez de sus dirigencias, lo que hace imperativo el retorno a sus orígenes, si acaso el blanquiazul no quiere correr la misma suerte de priistas y perredistas. En tales espejos debe verse reflejado.

En este marco es que Cecilia Anunciación Patrón Laviada asume el día de hoy, la alcaldía de Mérida, agravado todo aún más con la presencia de un adversario hegemónico, autoritario e intransigente, que hará desde inicio lo necesario para acabarla y que a los ojos de muchos, incluso de sus mismos seguidores, pone en peligro la viabilidad de su proyecto en lo porvenir.

Si pudiéramos recomendar y sugerir algo a Cecilia Patrón sería meterse a fondo a cambiar el desorden prevaleciente, abandonar las malas prácticas que infestan el panismo, desobedecer y renunciar a liderazgos nocivos y perjudiciales y sobre todo, honrar y estimular la lealtad, la honestidad, la capacidad y el compromiso.

Cecilia corta hoy, el cordón umbilical que la unía a otros personajes de reputación dudosa. Es incuestionable que al día de hoy, nadie como ella manejará los recursos materiales, financieros, humanos y políticos que tendrá en sus manos. Por tanto, Cecilia no debe lealtad a nadie más que a Yucatán y a su partido y es tal cual como debe proceder.

Cecilia inicia hoy su mandato ante un panorama plagado de dudas y de incertidumbre, pero paralelamente, con un área de oportunidades y esperanzas también monumentales. Hacemos votos porque la alcaldesa sepa y pueda estar a la altura de su responsabilidad histórica y honre la confianza que los meridanos le han brindado.

Nosotros trataremos, en la medida de lo posible, a partir del día de hoy, que inicia su periplo en el carro del triunfo, de acompañarla, no dejando de mencionarle su condición humana y recordándole que los golpes del amigo son cariñosos, en tanto que los abrazos del enemigo son pérfidos.

Cecilia Patrón puede tener absoluta confianza de contar con amigos en NOTIREDMERIDA.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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