Alito, depredador y destructor
Miércoles 24 de julio de 2024
Alejandro Moreno Cárdenas, principal sicario de Andrés Manuel López Obrador se dispone a ejecutar el crimen para el cual ha sido contratado: el asesinato del PRI.
Moreno Cárdenas, un político campechano, profundamente corrupto, notoriamente orientado al escándalo, afamado por su carácter vengativo y sus costumbres raras, notorias en el bótox de su rostro y sus cejas depiladas, ha hecho todo cuanto ha estado a su alcance, para acabar con el partido que por desgracia para nuestra patria, desafortunadamente dirige.
Alito es un perdedor consumado: ha ido perdiendo sistemáticamente todos los estados que el tricolor gobernaba; incluso aquellos en los que como es el caso de su estado natal y el Estado de México, nunca había gobernado otro partido que no fuera el tricolor.
Pero no conforme con ello, Alito pretende contra todo buen sentido, evitar que el priismo y los priistas se rehagan, cierren filas y procuren reorganizarse para constituir una alternativa política digna de tomarse en cuenta.
Para ello, pone sobre la mesa la posibilidad de la reelección, pasándose por el arco del triunfo el postulado que da origen y sentido al priismo en nuestro país; la no reelección.
Alito no vacila en pasar por encima del malestar y la negativa de destacadísimos cuadros de su partido, que advierten y perciben la complicidad del ex gobernador campechano, con López Obrador y con MORENA, para consolidar su labor depredadora y destructiva.
Moreno Cárdenas por tanto, modifica facciosamente los estatutos para consolidar su reelección, pretende congraciarse con las mujeres, adjudicándoles de manera arbitraria un porcentaje mayor de las candidaturas, en detrimento de sus homólogos varones y concluye poniendo punto final a estas ocurrencias, abriendo un sector arcoiris para los partidarios del amor que no se atreve a decir su nombre.
Lamentablemente para el priismo y para buena fortuna de Alito, sus críticos tienen su misma o peor mala fama y carecen de calidad moral para tildar a su dirigente de tal o cual cosa, porque son iguales o peores que él.
Lo sorprendente es el silencio escandaloso de la militancia priista, que no se atreve a decir esta boca es mía y que de manera increíble permite que en todos y cada uno de los estados, los personeros de Moreno Cárdenas también hagan su parte.
Es tristísimo pero innegable, que Moreno Cárdenas y sus prosélitos pretenden sorber hasta la última gota de las flácidas ubres partidistas, aunque esto signifique el deceso de la res, que de manera posterior será carneada por esta clase de sabandijas, que no dejarán piedra sobre piedra disponible para ser aprovechada.
Pero una cosa es clara: Moreno Cárdenas se dispone a llevar hasta el final la tarea que López Obrador le ha encargado, que es asegurarse que todo mundo abandone el cascarón tricolor tras dejarlo inutilizable y para tal efecto, se dispone a simular una contienda interna, recurriendo a un adversario de paja, encarnado en la figura de la veracruzana Lorena Pigñón, sabedor que contará con el nihil obstat de un tribunal electoral controlado ya por MORENA.
Si es que todavía quedan hombres en el PRI y quieren evitar la inminente desaparición de su partido, deberán evitar por todos los medios a su alcance, que Alejandro Moreno Cárdenas se reelija, o de lo contrario, es bola cantada qué el tricolor no será capaz de llegar con registro hasta el 2030.
¿Protagoniza acaso Alejandro Moreno en el PRI la crónica de una muerte anunciada? Será cosa de un poco de tiempo poder constatarlo. Entretanto, Moreno Cárdenas y sus secuaces continúan su tarea de depredación y demolición, que puede traducirse en la continuidad del liderazgo del nefasto ex gobernador campechano.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad