Un arcoiris anticipará la catástrofe
Domingo 3 de septiembre de 2023
Hace unos meses, una monja del nordeste se puso en contacto conmigo, después de hablar con su superiora, pidiéndome ayuda para discernir si algunos fenómenos que ocurrían en su vida eran de origen divino.
Lo analicé detenidamente y todo parecía coincidir con los criterios de la Iglesia. Recé pidiendo confirmación personal y Dios me concedió rápidamente lo que le pedía.
Poco a poco, os iré contando sus historias. Empezaré por un sueño que la monja tuvo la noche del 17 de junio.
En el sueño, estaba sentada en el monasterio hablando con dos hermanas. Una de ellas se asustó y señaló una ventana alta. Fuera, donde nadie podía llegar, había un joven de unos 15 años, vestido de monaguillo con túnica roja y sobrepelliz blanco.
La monja se levantó y, junto con una hermana, se acercó a la ventana. Su amiga preguntó:
– ¿Quién eres tú?
Se volvió hacia la monja del noreste y, con la mirada fija, respondió:
– Vengo del Purgatorio. Fui monaguillo cuando vivía y he venido con el permiso de Dios para revelarte que va a ocurrir un acontecimiento catastrófico en el mundo. Causará un gran dolor a toda la humanidad. Pero no tengáis miedo, el Señor os dice que estará con vosotros. Antes de que este acontecimiento tenga lugar, habrá un enorme arco iris, que se verá en todo el mundo. Será la señal que anuncie el dolor, pero también la esperanza de que el Señor estará con vosotros. Os digo esto para que sepáis que este acontecimiento será el principio del fin de esta era.
Entonces se despertó. Faltaban unos diez minutos para medianoche. Aturdida, se puso a rezar y cogió su Biblia. Pidió a su Ángel de la Guarda: «Si este sueño es una verdad que me ha sido revelada, confírmamela, te lo ruego, cuando quieras, a través de la Palabra de Dios». Inmediata y claramente, la respuesta llegó a su corazón: «¡Te lo confirmo, ábrela ahora!». Obedeciendo, abrió la Biblia y encontró Mateo 24.
La revelación aquí relatada me recordó la profecía de Nuestra Señora de Garabandal sobre un fenómeno en el cielo que, según la vidente Conchita, comienza con la letra A y será visto por todo el mundo.
Seamos siempre conscientes de que Dios nos trae estas advertencias para recordarnos que lo tiene todo bajo control, incluso en los momentos más difíciles. Unidos a Él, tendremos fuerza y nada nos perturbará.
