La gran transa del Tren Maya
Domingo 5 de marzo de 2023
Andrés Manuel López Obrador no tiene nada para presumir en su gestión como presidente.
No ha podido cumplir una sola de sus promesas y sus obras emblema, son un fracaso total.
Su aeropuerto no es más que una terminal de carga, su refinería, carísima, no produce un solo barril de gasolina y el Tren Maya brilla por su ausencia.
Pero si bien a la fecha el Tren Maya no transita por estos rumbos del sureste, si ha conseguido (hay que decirlo) obrar un milagro: ha provocado el repentino enriquecimiento de muchos.
En efecto, al ser incapaces las compañías implicadas en la construcción del elefante blanco, de terminar la obra en tiempo y forma, el gobierno federal se ha dado a la tarea de subcontratar sin ton ni son, en su frenesí por entregar la obra a tiempo (cosa que no logrará, ni de casualidad).
Pero la subcontratación a tontas y a locas, además de disparar exponencialmente los costos de la obra, propicia la aparición de una serie de negocios poco claros, que hacen la delicia de muchos vivales, dispuestos a medrar al amparo del presupuesto público y de la ineptitud de la 4T, más alla de que la censuren en público.
Lo que es un hecho, es que la obra ni de relajo concluirá en los tiempos previstos y más aún, confesó en un arranque de sinceridad uno de los afortunados subcontratistas, no terminará jamás (cosa que ya sospechábamos).
Lo complejo de erigir vías de ferrocarril a lo largo de varios estados y la disparidad del terreno, es lo que hace inviable al Tren Maya, que además se ha convertido en un depredador de la flora de la región, pues por su causa se han talado millones de árboles (amén de contribuir igualmente al saqueo y la rapiña de vestigios arqueológicos).
De manera increíble, en nuestra entidad al menos, nadie dice nada, en aras de seguir ordeñando las exangües ubres presupuestales.
El Tren Maya lleva a no dudar la impronta de López Obrador y MORENA: la mediocridad, los manejos poco claros y el fracaso
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad