Opinión

Las mentadas de madre no derriban gobiernos

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Lunes 14 de noviembre de 2022

Tras las marchas y manifestaciones acontecidas el día de ayer, tanto en la capital del país, como en las principales de la república, es curioso constatar dos vertientes que prueban a cabalidad lo dividido que está México:

El oficialismo, tiende a descalificar y minimizar lo acontecido, denostando a los participantes y minimizando los sucesos. Hablar de diez o doce mil ciudadanos presentes en las protestas, es por decir lo menos, un absurdo, una vacilada.

La oposición en el otro extremo, esta haciendo justo lo que no debía de hacer: tocar las campanas a rebato y dar por un hecho que ha ganado y que, más temprano que tarde, López Obrador y MORENA van a caer.

Con esta actitud visceral, los opositores incurren en un error infantil: pensar en propinar un disgusto al adversario, propiciando el encendido de focos de alarma, que en una mente desquiciada como la del presidente, es algo sumamente peligroso.

Sobre todo, porque NO HA PASADO NADA, porque las manifestaciones de ayer, lo único que consiguen es confirmar el repudio que cientos de miles o millones propinan a López Obrador, pero ello no abona en lo más mínimo a la consecución de los objetivos opositores.

Porque las manifestaciones de ayer, no se traducen en la unidad de la oposición: la división sigue siendo patente y manifiesta y los sucesos de ayer, solo contribuyeron a ello, propiciando una pasarela y un escaparate idóneos para el lucimiento de los egos particulares que no son pocos.

Porque los sucesos de ayer, no se traducen en consolidar un ideario o programa de acción opositor, lisa y llanamente se reducen en hacer patente el rechazo a López y a su régimen. Pero hasta donde se tiene noticia, las mentadas de madre no derriban gobiernos.

Porque las manifestaciones de ayer no contribuyen al surgimiento de una figura consistente que pueda constituirse en el adalid o el ariete que la oposición requiere con urgencia: los suspirantes son los mismos impresentables de siempre, tan malos o hasta peores en algunos casos, que las mismas corcholatas morenistas.

Porque las manifestaciones de ayer, implican el riesgo de que López se sienta tan repudiado, que consolide su voluntad de sostenerse a toda costa, utilizando incluso las bayonetas, lo que significaría hundir al país en un baño de sangre, sin que se vislumbren líderes con los pantalones o las enaguas suficientes para encabezar el martirio.

Recalcamos: los sucesos de ayer dejan muy claro que los mexicanos estamos hartos de López Obrador y de su cofradía de mediocres, pero hacerse presente en una convocatoria de repulsa, no tiene mérito. Se puede concurrir convocado incluso por fuerza o compromiso.

Subrayamos: los gritos, las consignas y las mentadas de madre no llenan urnas, ni derriban gobiernos. El verdadero reto de la oposición consiste en sacudir la modorra ciudadana y convencer a sus prosélitos y simpatizantes, de concurrir a las urnas, llueva, truene o relampaguee en 2024, para sacar a MORENA y López Obrador del gobierno y encargarse de enjuiciar y eventualmente meter a la cárcel a este último.

De no suceder así, tendremos que admitir, que una vez más los ciudadanos fuimos engañados y los partidos, terminaron como acostumbran, viéndonos la cara.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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