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Las tradiciones del Azul que murieron con la mudanza de La Máquina al Azteca

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El cuadro celeste solía pintar sus gradas con porras familiares y un tradicional sonido de ferrocarril; todo ello no existe en el Azteca, como casi tampoco la barra que causó algunos conflictos.

Ningún local podrá sentirse tan visitante como Cruz Azul cuando enfrenta en el Estadio Azteca al América, como sucederá el próximo sábado. 

La Máquina se mudó al inmueble de Santa Úrsula en 2018, cuando dejó el Estadio Azul, pero con ello también abandonó varios de los elementos que le daban identidad cuando jugaba en su excasa de la colonia Nochebuena en la CDMX.

La Sangre Azul hoy es una barra debilitada y dividida, el característico sonido de ferrocarril que retumbaba dejó de escucharse, como también dejaron de aparecer las porras femeniles y familiares.

«Cruz Azul siempre se ha caracterizado por ser una institución que maneja muy cuidadosamente ese aspecto, algo más familiar, un apoyo sano al club. Han tenido muchas porras familiares, era el equipo con más porras familiares del futbol mexicno”, recordó Rafael Rubio, también conocido como La Pulga, quien fuera líder de La Sangre Azul. 

“Tenía incluso porras de solamente niñas, además el grupo de las Celestes (las animadoras del equipo) que era un grupo bien manejado en su momento con chicas preparadas y no solo que tuvieran un buen aspecto físico».

Sin embargo, el tradicional sonido de máquina de tren que retumbaba en el Azul desapareció con el fallecimiento de Don Gabino, quien ensordecía a los aficionados con un par de baterías de automóvil con trompetas.

«Cuando regresamos al Estadio Azteca sí existían las porras familiares como tal, incluso el señor que llevaba las baterías dejó de ir por el tema del pasar de los años. Luego vino la pandemia y el cambio de la directiva y sé que porras familiares y las femeniles ya no existen, les dieron las gracias y ya no les dan apoyos», agregó Rubio.

INVASIÓN A LA CANCHA Y DESAFILIACIÓN

Otro de los motivos por los que Cruz Azul juega sin el sonido de bombos y trompetas como fondo es por la separación de La Sangre Azul, debilitada por la directiva a partir de conductas radicales.

El 30 de noviembre de 2013, un torneo después de la fatídica Final del Clausura 2013 en que América venció a Cruz Azul, la Máquina fue eliminada por Toluca en Cuartos de Final, cuando integrantes de dicha barra saltaron a la cancha para reclamar cara a cara a los jugadores.

La Pulga refiere que a partir de ello se suscitaron “malos entendidos” entre la directiva y la barra, que perdió sus beneficios.

«Antes teníamos una cierta cantidad de apartados de boletos, los comprábamos directamente en taquilla y teníamos ese privilegio de tener una cantidad apartada solo para nosotros. A consecuencia de esa ruptura con la directiva se nos fue negado el acceso en el Azul y así nos manejamos hasta la actualidad, sobre todo la facción que manejo yo. Ahora en el Azteca es difícil adquirir los boletos por lo de la pandemia y la plataforma con el tema de las tarjetas bancarias que acepta», añadió el fanático cementero.

Este también explica que luego hubo una división en la barra y que él se quedó como líder de la facción más debilitada.

«En la actualidad estamos dividimos, somos dos facciones y yo tengo una. Nosotros no tenemos ningún diálogo ni contacto con la nueva directiva, estamos de manera independiente yendo al estadio de local y de visita, siempre costeado por nuestros bolsillos”, detalló.

“Eso lo hacíamos desde antes, pero teníamos el reconocimiento de la directiva en el Estadio Azul hasta que rompimos las relaciones. Después de la desafiliación que tuvimos, un par de torneos pasaron y ahí se genera una ruptura entre nosotros y se dividen las dos facciones».

Aunque aclara que ya sienten al Azteca como su casa, aunque este sábado volverán a colocarse en la zona para las barras locales, en la parte baja de una de las cabeceras… donde predomina un gigantesco escudo del América, mientras La Monumental y la Ritual del Kaos americanista estará en lo alto del estadio, en el espacio destinado para las porras visitantes, convencido de que “Cruz Azul merece un aliento de la magnitud de la institución», según añade La Pulga.

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