Julián Zacarías desesperado ante una inminente y estrepitosa derrota

El que anda desesperado en Progreso es Julián Zacarías, que ve con angustia como una cómoda ventaja en las preferencias electorales se ha esfumado y está a las puertas de una derrota mayúscula en las urnas.

El alcalde porteño está que no lo calienta ni el sol, pues después de tener una muy amplia ventaja, de arriba de diez puntos, se ha desfondado y al día de hoy, ya está dos puntos abajo de la candidata del PRI, Lila Frías Castillo.

Esta situación tiene a Julián de un humor de todos los diablos y se la pasa amenazando con despedir a todos los trabajadores del ayuntamiento de Progreso, si llega a sospechar que alguno de ellos muestra simpatías o preferencia hacia la candidata tricolor.

Sabemos que Julián y su popularidad han caído en picada, a grado tal que las responsables de manzana de la estructura blanquiazul, no quieren saber nada del alcalde.

De igual modo, nos enteramos que en Chelem, Julián se va a llevar una verdadera tunda de parte de los votantes, que ya no lo pueden ver ni en pintura.

Por esta razón, desquiciado ante la inminente catástrofe, Julián ha desatado una feroz campaña de guerra sucia en contra de sus contrincantes, que lo único que consigue, es aumentar el grado de rechazo de la gente hacia su persona.

Entendemos de alguna manera su desesperación, pues su campaña e imagen no levantan ni con una tonelada de viagra y Julián, amante de la buena vida, se ha endeudado adquiriendo propiedades y comprando sin ton ni son, de manera que al ser derrotado en las urnas, lo perderá todo, pues es un bueno para nada, que no sabe hacer nada productivo.

Estas son las consecuencias de su prepotencia, altanería y malos modos. Cada día que pasa, su estado de ánimo se torna peor y se incrementa el número de personas que lo repudia y que solo espera que llegue el seis de junio, para tomar venganza en las urnas y mandarlo a freír espárragos.

Seguimos pendientes…