Un motivo para preocuparse seriamente: la defensa nacional


Viernes 13 de junio de 2025
La verdad es que los gobiernos de MORENA no tienen nada que presumir. Lo mejor que podemos decir de ellos, es que han hecho las cosas muy mal.
El país es un desastre: la economía va en picada, no hay obra pública, no hay inversión pública, ni privada, nacional o extranjera, sus magnos proyectos son una basura, barriles sin fondo: un aeropuerto de pueblo bicicletero, una refinería que no produce gasolina y un tren subsidiado que ha causado tremendos perjuicios a la naturaleza.
A todo lo anterior, sumemos un sistema fiscal ineficiente, que persigue pero no incentiva, un país en llamas con el crimen organizado, incontenible y desbordado y un sistema de salud peor que nunca.
Pero si en lo concerniente a nuestra vida civil, todos los asuntos antes citados son motivos de preocupación, sumemos a ellos, lo concerniente a la defensa nacional, que no es poca cosa.
Veamos: nuestras fuerzas armadas habían venido rigiendo su actividad por un plan de defensa nacional transexenal que alcanzaba el año 2024 para varios efectos, entre ellos la renovación de equipos y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Dicho plan fue el que permitió poner en funcionamiento el que hoy es el Buque insignia y orgullo de la Armada de México, la Fragata Reformador, que era el primero de varios buques de su clase (Patrulla Oceánica de Largo Alcance).
Pero llegó la austeridad republicana y en aras de un mal entendido sentido del ahorro, los planes trazados para el desarrollo de nuestra marina de guerra, se fueron a pique y nuestra POLA, se quedó sola, porque se cancelaron los planes para construir más buques de su clase.

A MORENA le importa poco que las aguas nacionales queden a merced de piratas y narcotraficantes, pues es bien sabido que es imprescindible renovar nuestras escuadras, integradas por naves de escasa o nula capacidad operativa, dada su antigüedad y limitado poder de fuego.
De hecho, nuestros pozos petroleros de la Sonda de Campeche, están casi a la buena de Dios, pues del proyecto original de adquirir cazas y misiles rusos para su protección, debimos conformarnos con un par de baterías de misiles, insuficientes para una misión tan delicada.
Lo mismo acontece con nuestro ejército nacional, que carece de artillería pesada, pues solo tenemos cañones y obuses de máximo 120 milímetros y nuestras fuerzas armadas carecen de tanques de combate, teniendo únicamente los viejos vehículos Lynx Panhard, de blindaje sumamente ligero haciendo las tareas que les corresponden.
De manera tal, que en caso de una invasión, nuestras fuerzas armadas, como siempre, se limitarán a hacer el ridículo y serán incapaces de defender la integridad del territorio nacional. Esto incluso, en caso de una conflagración con países caribeños o centroamericanos.
En el aire, el panorama no es mejor: carecemos de bombarderos y de aeronaves de caza y de pelea. La Fuerza Aérea Mexicana que en su momento se distinguió por la cantidad de aviones a reacción que tuvo (los vampiros De Havilland y los T-33, llegando al cénit con los Tigres F-5), hoy día es un agrupamiento inoperante de avionetas turbohélice PC-7 Pilatus y Texan 6.
Se frenó el proyecto de desarrollar aviones de entrenamiento PE-210A Pegasus, que habrían permitido una mejor vigilancia de los cielos mexicanos y entrenar a menor costo a nuestros pilotos, una vez más en aras de la mal llamada austeridad republicana.
Pero la peor parte, es que en 2024 se había previsto la compra de dos escuadrillas de aviones cazabombarderos de última generación, que salvaguardaran la integridad de los cielos mexicanos y por supuesto, en aras de un mal entendido sentido del ahorro, tal adquisición no se verificó.
Nuestros cielos por tanto, están a merced del narcotráfico y el crimen organizado, que campean por los aires como moros sin señor, sin que haya nadie capaz de ponerles alto, porque las avionetitas de turbohélice no les ven ni el polvo a los aviones a reacción.

Hasta Guatemala y Honduras tienen aviones más modernos que nosotros.
Sumemos a este desolador panorama, la falta de mantenimiento y combustible que hacían de nuestra flota de helicópteros, la mejor de América Latina y que hoy languidecen en sus hangares por tales motivos.
Nuestras fuerzas armadas están mal equipadas, mal preparadas y no se vislumbra a corto, mediano o largo plazo un plan para remediar todas las carencias que padecen.
Las fuerzas armadas de nuestro país han sido las grandes víctimas de MORENA, pues si bien se han enriquecido e incrementado los privilegios de los altos mandos, en cambio la tropa se ha visto denigrada, sobajada, reducida a la categoría de albañiles, peones y criados, sin que mejoren sus percepciones ni condiciones de vida.
Sabemos que hay descontento generalizado entre los altos mandos en retiro, la tropa y la oficialidad joven de nuestras fuerzas armadas, ojalá a nuestros preclaros gobernantes no les vaya a pasar por la cabeza lanzar las tropas a reprimir las manifestaciones que no tardan en aparecer en nuestro país y mucho menos tratar de sostenerse con las bayonetas, porque se pueden llevar un susto. Remember Ceaucescu.
Seguimos pendientes…
Dios, Patria y Libertad
