Opinión

El nuevo preboste del Vaticano


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Viernes 9 de mayo de 2025

No creo en las casualidades. En política no existen y un cónclave es lisa y llanamente, una elección, ergo política.

Me parece muy curioso el caso del nuevo preboste del Vaticano, Robert Prevost, otro pontífice latinoamericano, pues aunque nacido en territorio norteamericano, es hijo de padres de ascendencia latina (francoespañoles).

El nuevo pontífice tomó el nombre de León XIV, pero fue nombrado en el cónclave preboste para hacer honor a su apellido: Prevost. No olvidemos que un preboste es una persona que es cabeza de una comunidad y la preside o gobierna. En este caso, se trata de la Iglesia Católica.

Resulta curioso que sea agustino, lo mismo que lo fue Martín Lutero, el otro agustino que causó severos daños a la fe.

Tal parece que las fuerzas oscuras que dominan la Iglesia hoy día, se han puesto de acuerdo para desarbolar las órdenes monásticas que antes eran columnas que sostenían el magisterio; primero fue turno de los jesuitas, ahora de los agustinos.

Pero enfáticamente las fuerzas del mal han puesto la mira en América, tratando de echar a pique las cosas en el territorio en el que indudablemente basa su fortaleza el catolicismo en la actualidad, habida cuenta que en Europa la fe es tan solo un recuerdo y en África y Asia es apenas una insinuación incipiente.

El nuevo preboste masónico es un perfil refinado, distinto a Bergoglio: viste como Papa, habla como Papa, reza en latín, pero enseña el cobre cuando habla de sinodalidad y otras zarandajas.

El nuevo preboste no llama a la nueva herejía del siglo XXI (la sinodalidad) como es debido, por eso no la alude como conciliarismo, herejía condenada en la bula Execrábilis de Pío II. Edulcora conceptos, por eso le cambia de nombre, como lo hizo su antecesor, ansioso de destruir el magisterio bimilenario.

El nuevo preboste Vaticano se disfrazó de Papa para comparecer ante las masas de creyentes usando un crucifijo oficial, pero apenas pudo, regresó a la cruz de su parroquia, utilizando el adefesio masónico que portaba Bergoglio.

A no dudar, el nuevo preboste Vaticano pretende tranquilizar las aguas. El no va a armar lío. Todo lo contrario: no nos extrañe qué tolere la misa en latín, que trate de atraer a algunos de los miles de sacerdotes cancelados otorgándoles el perdón y evitando la locuacidad de su predecesor, para poder proseguir su tarea de demoler la fe hasta los cimientos.

Finalmente no olvidemos que es un cardenal inválido, nombrado por un Papa electo no canónicamente y cuyos actos, dichos y magisterio, serán igualmente nulos.

Subrayamos para ser claros y precisos: el Vaticano tiene nuevo preboste, el trono de Pedro sigue vacante. Dígan lo que digan, LEÓN XIV NO ES PAPA, NI NUNCA LO SERÁ.

Los masones prosiguen la farsa ya iniciada con Bergoglio de sojuzgar a la Iglesia y de controlarla desde su vértice. No hay cardenales, obispos, ni sacerdotes con agallas para oponerse y hablar con la verdad. Incluso los que amagaron con rebelarse están muy calladitos e inmóviles.

Claramente lo que buscan es quitar motivos y razones a los críticos y descontentos y dejarnos a los ojos del mundo como fanáticos y extremistas. Pues bien, a pesar de ello, no claudicaremos, aunque volvamos a ser tan solo doce

A resistir y a refugiarse pues, en el Inmaculado Corazón de María, donde los ardides y estratagemas masónicas carecen de efectividad. A no dejarse seducir por las poses ficticias, ni intimidar con las amenazas de ostracismo.

Fe en Dios y en las promesas de su Santísima Madre ¡Non praevalebunt!

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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