Religión

Más sobre la visita del usurpador a la abortista

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Jueves 7 de noviembre de 2024

El autor es un antiguo y arrepentido activista de alto rango del inmoral e inhumano Partito Radicale italiano que trabaja por la descristianización de Italia. El 5 de noviembre, Bergoglio visitó a Emma Bonino, antigua dirigente de ese partido. Bergoglio calificó a Bonino de «gran italiana» (sic) y ejemplo de «libertad y resistencia» (sic).

Yo también frecuentaba esa terraza del Trastevere, en el centro de Roma.

Eran los años en que se imaginaban y construían estrategias para consolidar los resultados de las leyes del divorcio y del aborto, que destruyeron la institución familiar.

Se denunciaba una «bomba demográfica» que nunca existió, pero que sirvió para descertificar a todo un país e impedir, con la difusión de la píldora y otros sistemas anticonceptivos, su crecimiento, que sólo está determinado por el nacimiento de nuevas criaturas al mundo.

Se sentaron las bases de la campaña sobre la eutanasia, que con el paso de los años, a pesar de la falta de una ley, se ha convertido en una práctica generalizada y consuetudinaria, junto con el suicidio asistido.

Se discutió cómo derrocar definitivamente el poder temporal de la Iglesia; se difundió la teoría del tercer y cuarto sexo, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la fecundación asistida y la maternidad subrogada.

Se manipulaban las conciencias para la aceptación e integración de personas que tarde o temprano -después de sustituirnos- nos matarán a todos.

Pues bien, en la terraza de esa casa que ha visto literalmente todos los colores del arco iris, subió el otro día el jefe de la Iglesia católica, el indestructible Jorge María Bergoglio.

Llevaba un ramo de rosas blancas y una caja de bombones en la mano, para rendir homenaje al máximo exponente de esa ideología -tras la muerte de Pannella- que ha contribuido decisivamente a descristianizar Italia y a hacer que las iglesias sirvan para hacer grandes comedores para pobres, para acoger a inmigrantes o para ganar dinero entregándolas a particulares, que las gestionan para hacer museos u otras cosas mundanas.

‘Ejemplo de libertad y resistencia’, dijo Bergoglio de Emma Bonino. Dio en el clavo.

Al fin y al cabo, de un hombre como él, que interpreta con maestría los deseos de este mundo degenerado, no cabía esperar la intención de convertir a Emma Bonino -ha declarado varias veces que no quiere convertir a nadie-, sino sólo una instantánea de la realidad.

Ciertamente, Emma Bonino es un ejemplo de «libertad y resistencia». Sí, ¡de Dios! Como lo es quien pronunció estas palabras.

Ambos han hecho y harán todo lo posible hasta su muerte -a menos que se conviertan, en su caso públicamente, dada la gravedad de sus pecados- para que los seres humanos sean libres de su Creador y resistan a sus leyes.

Como lo han sido esas muchas católicas italianas que se han divorciado, han abortado, han utilizado métodos anticonceptivos, dejándose ganar por una ideología que no tiene nada de humana.

Como lo ha sido esa Iglesia modernista, producto directo de la obra secular de la masonería y del Concilio Vaticano II, que tiene en Bergoglio a su último intérprete, tras una sucesión de papas posteriores a Pío XII que le allanaron el camino a él y a la mafia de San Galo.

En la conclusión de la encíclica Etsi Multa del 21 de noviembre de 1873, Pío IX utiliza una expresión que aparece dos veces en la Biblia -Sinagoga de Satanás- en el cap. 2 versículo 9 y en el cap. 3 versículo 9 del Apocalipsis de San Juan Evangelista.

Escribe: «Quizá sorprenda a algunos de ustedes, venerables hermanos, que la guerra que se libra hoy contra la Iglesia católica se extienda tanto. Pero quienquiera que conozca el carácter, los fines y el propósito de las sectas, llámense masónicas o con cualquier otro nombre, y las compare con el carácter, el modo y la extensión de esta guerra, por la que la Iglesia es asaltada por casi todos los flancos, ciertamente no podrá dudar de que esta calamidad no debe atribuirse a los fraudes y maquinaciones de esas sectas. Pues de ellas está formada la sinagoga de Satanás, que ordena su ejército contra la Iglesia de Cristo, levanta su estandarte y acude a la batalla’.

Palabras proféticas. Ejemplares de la situación en la que vivimos, en la que los hombres de la Iglesia se postran ante el Mundo y los constructores del Mal.

Para contrarrestar los intentos de esos hombres de Iglesia y de esos constructores del Mal -unidos por el designio de las potencias fuertes, que quieren aniquilar al hombre, creado a imagen y semejanza de Dios- la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, que es de origen divino, no se dejará abatir, a pesar de la noche de Getsemaní que vive desde hace demasiado tiempo, para regocijo de sus enemigos.

Como dice la hermosa antífona del introito de la fiesta de Cristo Rey de la misa apostólica:

‘El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza; sobre Él sea el Señorío para siempre’.

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