¡Oración, ayuno y penitencia! Convocad a los niños!
Viernes 12 de julio de 2024
La noche del 9 de julio fue muy difícil para la monja nordestina. Había terminado sus oraciones y se había acostado cuando comenzó a ver visiones de escenas tristes. Además de la imagen, también oía el sonido de lo que se le revelaba. Se le mostraron lugares en llamas, explosiones, ciudades destruidas y gente corriendo, gritando desesperada y llorando.
Después vio visiones de niños en sus casas, con sus madres a su lado, a los que se enseñaba a rezar por la paz. Vio a los niños rezando. Muchos, como eran demasiado pequeños, se limitaban a repetir las palabras de sus madres, sin entender lo que decían. Esta imagen la conmovió profundamente.
Oyó a su Ángel de la Guarda decir: «¡Que los niños recen por la paz! Enséñales a rezar por la paz en el mundo».
Después, el ángel repitió en un tono fuerte y urgente: «¡Oración, ayuno y penitencia! Convocadlos!»
La urgencia expresada por el ángel llegó al corazón de la monja, que ya no podía dormir. Comenzó a rezar el rosario y, en cierto momento, la voz del ángel dejó de repetir la instrucción.
El mensaje del ángel es claro: debemos enseñar urgentemente a nuestros hijos a rezar por la paz en el mundo. Si las oraciones de los niños conmueven el corazón de quienes las escuchan, Dios, que es el más amoroso de los padres, debe conmoverse aún más.