Religión

Alimento para la vida eterna

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Lunes 3 de junio de 2024

El Señor los alimentó con flor de harina y los sació con miel silvestre, nos recuerda la Antífona de entrada de la Misa.

Durante años el Señor alimentó con el maná al pueblo de Israel errante por el desierto. Aquello era imagen y símbolo de la Iglesia peregrina y de cada hombre que va camino de su patria definitiva, el Cielo; aquel alimento del desierto es figura del verdadero alimento, la Sagrada Eucaristía. «Este es el sacramento de la peregrinación humana (…). Precisamente por esto, la fiesta anual de la Eucaristía que la Iglesia celebra hoy contiene en su liturgia tantas referencias a la peregrinación del pueblo de la Alianza en el desierto. Moisés recordará con frecuencia a los israelitas estos hechos prodigiosos de Dios con su Pueblo: No sea que te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud….

Hoy es un día de acción de gracias y de alegría porque el Señor se ha querido quedar con nosotros para alimentarnos, para fortalecernos, para que nunca nos sintamos solos, La Sagrada Eucaristía es el viático, el alimento para el largo caminar de la vida hacia la verdadera Vida. Jesús nos acompaña y fortalece aquí en la tierra, que es como una sombra comparada con la realidad que nos espera; y el alimento terreno es una pálida imagen del alimento que recibimos en la Comunión. La Sagrada Eucaristía abre nuestro corazón a una realidad totalmente nueva.

Aunque celebramos una vez al año esta fiesta, en realidad la Iglesia proclama cada día esta dichosísima verdad: Él se nos da diariamente como alimento y se queda en nuestros Sagrarios para ser la fortaleza y la esperanza de una vida nueva, sin fin y sin término. Es un misterio siempre vivo y actual.

Señor, gracias por haberte quedado. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin Ti? ¿Dónde íbamos a ir a restaurar fuerzas, a pedir alivio? ¡Qué fácil nos haces el camino desde el Sagrario!

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