Opinión

Verónica Camino, ignorante de la realidad de Mérida

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Martes 26 de marzo de 2024

Verónica Camino no solo es pedante, tacaña y pagada de si misma, sino que demuestra de manera fehaciente que es muy ignorante y de mentalidad muy estrecha, motivos por los que nunca debe llegar a obtener un cargo desde el que pueda decidir el destino de otros.

Lo intentó anteriormente buscando la alcaldía de nuestra ciudad, pero los meridanos la rechazaron mandándola al tercer lugar, detrás de Renán Barrera y Jorge Carlos Ramírez Marín.

Nuestros paisanos se dieron cuenta de sus ínfulas, de su soberbia, de su prepotencia, de su profunda ignorancia de la realidad, las necesidades, los problemas y las áreas de oportunidad de Mérida.

No podía ser de otra forma, la aspirante a repetir en la senaduría, no es meridana, sino tizimileña, por lo que es más que evidente que no sabe de lo que habla, ni lo que dice y como buena morenista, a la primera ocasión deja aflorar sus resentimientos, sus traumas y sus complejos (no hay morenista que no sea así, en mayor o menor proporción).

Becada de manera inmerecida con la primera fórmula al senado, Camino Farjat demostró su supino desconocimiento de la realidad meridana y sobre todo, en materia de movilidad, tildando el sistema de transporte público como basura.

Cabe destacar que el nuevo sistema de transporte urbano, conocido popularmente como Va y Ven, es como toda obra humana, perfectible, susceptible de mejorar, pero para dolor de la legisladora, es uno de los logros conseguidos por la presente administración estatal en turno.

Lo anterior no son conjeturas, ni epítetos de nuestra cosecha, regalados con liberalismo, sino que constituyen el sentir de la inmensa mayoría de los meridanos, que han podido palpar como el transporte urbano ha mejorado de manera exponencial, sobre todo en la frecuencia, en la comodidad de las unidades y en el trato dispensado por los operadores al público, situación que Camino Farjat ignora de manera evidente, pues es más que claro que en su vida se ha subido a una unidad de transporte público, pues paradójicamente milita en un partido de izquierda, siendo por cuna y origen, una beneficiaria del sistema político que tanto critica, pues siempre ha gozado de los privilegios de ser parte del partido en el poder.

Es evidente que una fífi como Verónica Camino que tiene la facilidad de abordar la lujosa camioneta de su propiedad, no sabe lo que es esperar bajo los rayos del sol un autobús desvencijado, carente de aire acondicionado, pagando un precio alto dada la mala calidad del servicio y tolerando los gritos y malos modos del operador. Merced a su ignorancia, es que la aspirante al senado, de manera temeraria, se atreve a tildar de basura al Va y Ven.

Más aún, Camino Farjat demostró que no sabe ni de lo que habla, al quejarse de que el servicio se ha privatizado, cuando cualquier ciudadano medianamente informado conoce que el transporte de pasajeros en nuestra ciudad funciona desde tiempo inmemorial, mediante el esquema de concesiones otorgadas a particulares. Esto dicho en buen romance, significa que desde siempre ha estado en manos de la iniciativa privada.

Para terminar de dejar en ridículo a la militante morenista, incluso simpatizantes de su partido que operan enmascarados en las redes sociales haciéndose pasar por analistas políticos, admiten el éxito del Va y Ven y han afirmado que cuando Camino Farjat abre la boca, es para proferir barbaridades, que no se sabe si dan risa o dan pena.

Si a Verónica Camino el Va y Ven le parece una basura, es porque sin duda alguna pretende regresar a la época en que en Mérida el servicio de transporte se brindaba en tranvías tirados por mulas. Capaz que se atreve a decir que esto sería una opción ecológica y sustentable.

Probablemente Camino Farjat prefiera para nuestra ciudad otras alternativas, como un tren ligero o capaz que hasta propone construir un metro o un tren elevado como en la capital del país, basada en los éxitos indiscutibles obtenidos por la cuarta transformación con la línea doce del metro y con la reciente experiencia del Tren Maya, que podrían nuestros paisanos abordar con absoluta confianza, con la certeza de que jamás van a colapsar, ni a descarrilar.

Estamos seguros que la aspirante al Senado nunca avisaría a familiares y amigos para que buscaran obtener concesiones para el transporte público si ella gobernara, ni los convertiría en proveedores de pernos o balastro.

Es más que obvio que la dirigencia de MORENA, a nivel nacional y estatal, cometieron un gravísimo error, otorgándole a Camino Farjat posiciones del nivel de una senaduría, porque son de pronóstico reservado las barbaridades que una persona que cree saberlo todo, puede cometer opinando de aquello que no sabe nada.

Es más que evidente que la posición correspondía por méritos y formación a Jorge Carlos Ramírez Marín, un hombre culto, mesurado y prudente, que siempre busca la asesoría de especialistas a la hora de opinar de temas específicos y que se mata haciendo campaña, en contraposición a Camino Farjat que sabemos que dijo: que haga campaña el gordo, yo ya soy Senadora…

Con el criterio exhibido (a confesión expresa, relevo de pruebas) es más que evidente que sería un error garrafal (que esperamos cometa MORENA), postular a Verónica Camino como candidata a gobernadora en 2030, porque con su proverbial avaricia y su comprobada ignorancia, recibirá a no dudar una verdadera paliza de quien indudablemente será la abanderada del blanquiazul, que por cierto, se conoce al dedillo todo lo que para bien o mal, concierne a Mérida.

Ustedes ya se imaginan quien es y si no lo saben, les voy a dar una pista: va a ganar la alcaldía de Mérida por un margen histórico.

Con lo mostrado por Verónica Camino, llamamos a los yucatecos a no cometer la estupidez de dar el voto a MORENA.

Nadie en esta tierra está ansioso por volver a la época de las cavernas.

Seguimos pendientes…

Dios, Patria y Libertad

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