San Pedro devuelve las llaves a Jesús —Profecía de Edson Glauber
Viernes 29 de diciembre de 2023
Misteriosa visión profética de Edson Glauber: San Pedro devuelve las Llaves al Señor
Durante una aparición el 27 de junio de 2015, la Reina del Rosario y de la Paz de Itapiranga mostró al vidente Edson Glauber una importante y profética visión que permanece envuelta en el misterio.
1. La visión de Edson Glauber
«Hoy, durante la aparición, Nuestra Señora no dio ningún mensaje, pero me mostró una visión importante: apareció con el Niño Jesús en brazos. En su mano derecha tenía un rosario que brillaba mucho y a su lado derecho estaba San Pedro con un libro y unas llaves y a su lado izquierdo estaba San Pablo, que tenía un libro y una espada. Estaban envueltos en luz, pero no tan brillante como la que irradiaban Ella y el Niño Jesús. Debajo de ellos estaba el globo terráqueo que representaba el mundo entero.
Durante la aparición, el Niño Jesús pidió a San Pedro que le devolviera las llaves y él obedeció. Después de devolverle las llaves, San Pedro se arrodilló con la cabeza inclinada en oración. El lugar donde se encontraba se oscureció, porque la luz que irradiaba desapareció, sólo permaneció claro el lugar donde se encontraban la Virgen con Jesús y San Pablo.
En ese momento, el globo terráqueo que estaba bajo ellos fue rodeado por una gran corona de espinas que quería rodearlo todo. Comprendí que éstos son tiempos difíciles que la Iglesia y el mundo tendrán que atravesar: tiempos de pruebas hechos de tinieblas espirituales y de gran confusión.
La Virgen, viendo lo que sucedía -como Madre de la Iglesia que quiere la salvación de todos- bajó la mano derecha hacia el globo terráqueo, y el rosario, lentamente, dio la vuelta al globo. El rosario de Nuestra Señora, moviéndose, girando alrededor del globo, brillaba. Comprendí lo que Ella está haciendo con Sus hijos de todo el mundo que creen en Sus apariciones y mensajes: rezar cada vez más, interceder por la Iglesia de Su Divino Hijo y por la humanidad.
Cuanto más caía el rosario, más irradiaba una luz muy fuerte, de modo que la horrible corona de espinas fue repelida del globo, dejándola destruida; sólo quedó el rosario, como signo de victoria sobre el mal y los tiempos difíciles. Fue entonces cuando la Virgen miró a San Pablo y éste comprendió que también él debía arrodillarse y rezar con San Pedro, por lo que la luz volvió también a San Pedro.
La Virgen, mirando a su Divino Hijo, rezó por la Iglesia y por el mundo. El Niño Jesús, al ver que la humanidad se ponía a rezar, accedió a la petición de su Santísima Madre de volver a dar las llaves a San Pedro; pero el Niño Jesús puso las llaves en manos de Nuestra Señora que, como Madre de la Iglesia, las puso en las de San Pedro. Ella y el Niño Jesús nos dieron su bendición y la visión terminó».
2. Un intento de explicar la visión
La visión de Edson Glauber, junto con algunos elementos simbólicos fáciles de comprender, ofrece otros difíciles de descifrar. Intentaré resumir los principales proponiendo una rápida explicación.
El rosario ilumina y quita la corona de espinas que rodea al mundo.
Quizás, de todos, éste sea el elemento simbólico más fácil de comprender. Todo el simbolismo ilumina la peculiar eficacia y poder del santo rosario al que, misteriosa pero eficazmente, se ha confiado el destino del mundo y de la Iglesia
Sor Lucía de Fátima resumió bien esta eficacia explicando que «puesto que la Santísima Virgen ha dado una eficacia tan grande al Rosario, no hay problema material, espiritual, nacional o internacional que no pueda resolverse con el Santo Rosario y nuestros sacrificios».
El rosario iluminado hace referencia a la oración elevada al Cielo y recuerda, en este caso, la iconografía mariana de la medalla de la Rue de Bac en la que, bajo el simbolismo de los haces de luz procedentes de los anillos que la Inmaculada lleva en los dedos, se hace referencia a la oración impetratoria elevada por los hijos de María a su Mediadora Celestial. Ella misma lo explicó a Santa Catalina Labouré: «Estos rayos son el símbolo de las gracias que la Santísima Virgen obtiene para las personas que se las piden…» (aparición del 27 de noviembre de 1830)
Jesús pide la devolución de las Llaves a San Pedro
Este es un elemento que fácilmente podría pasarse por alto y que, sin embargo, tiene una importancia capital: si es Jesús quien pide las llaves a San Pedro, esto significa que la crisis, el abandono vivido de la Esposa del Señor (Nuestra Señora de las Tres Fuentes Roma hablaba de una «Iglesia viuda» por la afirmación del avance de la neo-iglesia, de la falsa-iglesia y de su falso magisterio con sus opresivos métodos persecutorios dignos del más eficaz y operativo kgb es querida por el Señor mismo para purificar su Iglesia, para limpiarla de la inmundicia que ha penetrado en ella y para que la santificación de los elegidos se realice a través de este martirio espiritual.
Por supuesto, Cristo no quiere directamente esta situación porque de manera directa Dios sólo puede querer el Bien. Pero incluso la permisividad, en sentido amplio, puede decirse con propiedad que es Voluntad de Dios porque una persona quiere lo que no impide aunque pueda hacerlo. Se aplica el adagio popular: ‘no se mueve una hoja que Dios no quiera’. Esta verdad nos ayuda profundamente ante la terrible prueba: todos los sufrimientos de los justos en estos tiempos se inscriben en la voluntad misteriosa, pero siempre salvífica, del Señor, que sigue siendo siempre el Dueño de la viña, la Cabeza invisible de su Iglesia, de modo que esos sufrimientos son también salvíficos.
Es a través de la perseverancia del «parvulus grex» que la luz brillará de nuevo en la tierra y en la Iglesia: «per crucem ad lucem», a través de la cruz hacia la luz de la salvación.
El oscurecimiento de San Pedro
Este oscurecimiento, representado en la visión, creo que debe leerse a la luz de la crisis epocal y única en la historia de la Iglesia del papado. El oscurecimiento de San Pedro…
Los hechos de la noticia hablan tan claramente que no creo que sean necesarias glosas explicativas. Sin embargo, como confirmación de esta oscura situación de la que es objeto la cumbre misma de la Iglesia del Salvador, quisiera informar de una visión profética que tuvo Bruno Cornacchiola, el vidente de las Tres Fuentes, el protestante converso de la Santísima Virgen en 1957, y de un mensaje profético bastante reciente de Nuestra Señora de Anguera:
«Lo que soñé nunca se hará realidad, es demasiado doloroso y espero que el Señor no permita que el Papa niegue todas las verdades de fe y se ponga en el lugar de Dios. Cuánto dolor sentí en la noche, se me paralizaron las piernas y ya no podía moverme, por ese dolor que sentí al ver la Iglesia reducida a un montón de ruinas» (visión del 21 de septiembre de 1988);
«Un hombre orgulloso ordenará el cambio de la Profesión de Fe y sus acciones complacerán a los hombres perversos. Será una gran ofensa contra mi Hijo Jesús. Sufro por lo que os espera. Rezad» (mensaje nº 4.424 del N. S. de Anguera, 31.1.2017)
Las llaves devueltas a San Pedro: la luz vuelve a brillar por mediación de María Santísima
Las llaves entregadas de nuevo al Príncipe de los Apóstoles y la luz que vuelve a brillar sobre él simbolizan la restauración de la Iglesia católica después de la tempestad que tendrá lugar en el Triunfo del Inmaculado Corazón anunciado en varias ocasiones por la Santísima Virgen también en Itapiranga.
Quisiera subrayar, sin embargo, un hecho muy importante que la visión indica claramente: esta victoria de la luz sobre las tinieblas se producirá gracias a la intervención salvífica de la Madre Corredentora: sus apariciones en el mundo marcarán la derrota de la serpiente con el estrepitoso, aunque temporal, «encarcelamiento» del príncipe de las tinieblas en el Abismo (Apocalipsis 20, 1-3):
«Vi al dragón enroscarse para caer exhausto y vencido. Y la voz dijo: ‘Tu poder ha sido quebrantado y tu fuerza te ha sido arrebatada. Tu orgullo y tu altivez son pisoteados’ » (Mensaje de la Señora de todos los Pueblos a Ida Peerdeman, 11 de febrero de 1975).
«Esa noche será la más horrible, porque parecerá a la humanidad que el mal ha triunfado; y entonces habrá llegado mi hora de destronar al orgulloso Satanás de manera asombrosa, aplastándolo bajo mi pie y encadenándolo en los abismos infernales, liberando así definitivamente a la Iglesia y a la Nación de su cruel tiranía» (Mensaje de la Virgen a la Madre Mariana de Jesús Torres, Quito Ecuador – siglo XVI).
Notas:
1) La entrevista es relatada por Frère Michel de la Sainte Trinitè (Hermano Miguel de la Santísima Trinidad) en Toda la Verdad sobre Fátima, vol. 3, pp. 336-338.
En esa misma entrevista, la Hermana Lucía también dijo, entre muchas otras cosas dignas de mención, que la Santísima Virgen ha dado al mundo los dos últimos remedios después de los cuales no habrá más.
Estas son las palabras exactas de la vidente: «Nuestra Señora nos dijo (a mis primos y a mí) que Dios había decidido dar al mundo los dos últimos remedios contra el mal, que son el Santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María. Son los dos últimos remedios posibles, lo que significa que no habrá otros».