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Enrique Gorostieta y Velarde: Corazón Cristero

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Sábado 26 de noviembre de 2022

El generalísimo y comandante en jefe del ejército libertador, nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de septiembre de 1890 en una prominente familia de origen vasco.

Su padre fue el abogado, político y escritor Enrique Gorostieta González y su madre, María Velarde Valdéz-Llano.

Tuvo dos hermanas: Eva María Valentina y Ana María. Su abuelo, Nicolás Gorostieta, también fue militar y alcanzó el grado de coronel.

El 22 de febrero de 1922 contrajo matrimonio con Gertrudis Lasaga Sepúlveda. El 24 de septiembre de 1923, en la Ciudad de México, nació su primer hijo, Enrique, que falleció a fines de mayo de 1924.

El 18 de enero de 1925, en Torreón, Coahuila, nació su segundo hijo, a quien nombró también Enrique. En 1926 nació Fernando y en 1928, Luz María, a la que solo conoció en fotografía.

En julio de 1927 los jefes de la Liga Para la Defensa de la Libertad Religiosa contrataron al general Enrique Gorostieta, prestigiado ppr haber vencido durante la revolución a Zapata y hombre poseedor de gran talento militar, que aunque en principio no compartía la devoción religiosa de los cristeros, tampoco dejaba de entender la justicia de sus reivindicaciones.

Gorostieta además, disentía muchísimo del modo de actuar de Calles y Obregón. Se le contrató por $3,000.00 pesos oro mensuales y la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa contrató un seguro de vida a favor de su familia, respecto a su pago cabal hay diferentes versiones.

El valor y el genio militar de este hombre fueron fundamentales para la causa cristera. Sólo después de su enorme labor se pudo hablar del «ejército cristero» y no de los «ejércitos cristeros».

Combatió en los estados de Jalisco, Michoacán, Colima y Zacatecas. Reorganizó y disciplinó al ejercito cristero, al que convirtió en una eficaz y temible fuerza de combate, que más de una ocasión hizo morder el polvo a los federales.

Murió en la Hacienda del Valle, en Atotonilco el Alto, Jalisco, en junio de 1929, apenas 19 días antes de la firma de los tratados de paz.

El generalísimo se oponía a los tratados y expuso sus razones en un documento que escribió semanas antes de su muerte y que solicitó a la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa que le hicieran llegar a las autoridades eclesiásticas que negociaban con el gobierno.

Se dice que Gorostieta fue traicionado por los obispos al revelar su ubicación, haciéndolo víctima de una emboscada, para que no representara un obstáculo para dichas negociaciones.

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