Nigeria vive hoy con orgullo; Polonia y Hungría viven en la vergüenza
Domingo 11 de septiembre de 2022
A los conservadores occidentales les gusta promocionar la naturaleza heroica de Polonia y especialmente de Hungría bajo Victor Orban por defender a la Unión Europea en cosas como la inmigración. Pero los conservadores, especialmente los conservadores sociales, deberían entender que ni Polonia ni Hungría nunca han hecho demasiado por el feto en ONU. Y es algo muy fácil de hacer.
De hecho, ambos han actuado vergonzosamente en los últimos días. Recientemente, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que coloca el aborto en la categoría de un derecho humano y promueve la ideología homosexual/trans.
Escandalosamente, tanto Hungría como Polonia fueron co-partícipes en la resolución y luego no hicieron nada para detener el aborto y el lenguaje homosexual/trans.
Varios países verdaderamente valientes, en su mayoría de África, se enfrentaron a los países occidentales e intentaron que se aprobaran varias resoluciones que habrían mitigado el avance a favor del aborto en esta resolución no vinculante pero peligrosa. Las enmiendas también habrían atenuado el lenguaje pro-homosexual/trans. Todas las enmiendas fracasaron.
Nigeria lideró el camino a pesar de haber estado bajo una fuerte presión por parte de la administración Biden y la Unión Europea. Países como Gambia, Camerún, Zambia y Zimbabue votaron a favor del no nacido.
Hungría votó en contra de las enmiendas y Polonia se abstuvo.
No es difícil para Hungría y Polonia votar a favor de la vida y de la familia en la ONU. No hay costo para ellos. Pueden hacer frente fácilmente a la UE y los Estados Unidos. Pero nunca lo hacen. Y esta semana favorecieron positivamente la causa de muerte y ruptura familiar.
Existe potencialmente un costo enorme para los países de África que votan a favor de la vida y de la familia. Hay sanciones y amenazas de sanciones. Los diplomáticos pierden sus trabajos.
Hoy Hungría y Polonia viven en la vergüenza y la infamia. Fueron cobardes. La próxima vez que un conservador cante las alabanzas de cualquiera de ellos, especialmente de Hungría, cuéntele lo que sucedió en la ONU esta semana.
Mientras lo hace, aclame a los países de África que demostraron genuina valentía.