Vila no va a entregar Yucatán
De un tiempo a la fecha, en algunos círculos políticos (especialmente en los vinculados a la cuatro T se repite como mantra: Vila va a entregar Yucatán, terminará cediendo el poder a la fuerza del presidente (López Obrador).
Nos vemos en la necesidad de desmentir semejante barbaridad. No porque el gobernador requiera que lo defiendan, sino porque la sola idea, ofende la inteligencia del pueblo yucateco. Veamos:
Desde la más remota antigüedad, desalentar al adversario era una de las más socorridas tácticas de guerra. Entre los árabes, por ejemplo, antes de trabarse combate, los poetas de las tribus se enfrentaban, haciendo elogio de las virtudes de sus soldados y burlándose de las carencias o fallas del enemigo. Vencidos en la contienda verbal los de algún bando, muchas veces, se retiraban incluso sin luchar.
Tratar de desmoralizar al enemigo, haciendo circular la idea de enfrentar fuerzas superiores en número o potencia de fuego, fue algo que se intentó repetidamente en la primera y segunda guerras mundiales, tanto de parte de los alemanes, como también de sus aliados. Muchas veces funcionó.
En las guerras de Corea y de Vietnam, también las partes beligerantes recurrieron a este expediente. O sea, no significa más que echar mano de un muy viejo truco.
Pero veamos porqué este supuesto carece por completo de credibilidad:
En primer lugar por conveniencia personal. Mauricio Vila aspira a ser candidato presidencial. Poco efecto harían en el electorado las pretensiones de un candidato, que se presentara a competir, sabiendo que fue vencido en su propia tierra. Mauricio Vila no querrá sufrir jamás el desprestigio y la repulsa que acompañaron a quien le antecedió en el cargo.
En segundo lugar por popularidad. Mauricio Vila es un gobernador que en general es bien visto por su gente, que lo tiene en buena estima, por su jovialidad e imagen.
En tercer lugar por conveniencia. Mauricio Vila para poder irse tranquilo a competir a las grandes alturas de la política de nuestro país, debe dejar las riendas del estado en manos de un panista.
Por último, para acabar de una buena vez por todas con los chismes y rumores que hablan de diferencias entre el gobernador y otras figuras que pretenden sucederlo. Es bien sabido que los panistas a la hora buena, cierran filas.
Si tomamos en cuenta que los panistas cuentan con el control económico y político de nuestra entidad y con todos los recursos operativos y humanos necesarios, el bulo queda, desestimado.
Por otro lado, si tomamos en cuenta que se avecina una contienda fratricida en MORENA, en la que ya hay facciones que anticipan malos manejos y amagan con hacer lo que sea para no permitirlo, difícilmente podrá MORENA llevar la fiesta en paz y sustanciar su proceso interno sin disputas y sobresaltos, que se traduzcan en conflictos y deserciones.
Para concluir y terminar de desmentir a quienes dicen que Mauricio Vila se someterá a la voluntad presidencial, hay que decir que para cuando venga el proceso electoral, ya la imagen y la fuerza presidencial estarán muy menguadas, pues se eclipsarán de manera natural ante el candidato oficial, el nuevo astro en ascenso. Dicho sea de otro modo, el chacal se quedará sin dientes.
Y como colofón y cereza del pastel, no olvidemos que la oposición va en alianza no solo para la presidencia, sino para las gubernaturas también. De suerte tal, que a los votos del blanquiazul, habrá que sumar los sufragios correspondientes a otras fuerzas políticas.
Así pues, la realidad es que el panorama contra lo que quisieran los chismosos y rumorólogos de MORENA que anticipan falsamente, una entrega que solo existe en su imaginación, el panorama electoral para la 4T se mira en extremo complicado.
Ello tampoco significa que los panistas deban confiarse y colgar la hamaca, ni mucho menos dejarse desanimar por gente mal intencionada. La tarea debe hacerse. Pero la lógica indica que en el sureste, Yucatán continuará tiñéndose de azul.
Seguimos pendientes…
