Bronca entre Jacinto Sosa y Rogerio Castro

Vaya que son pintorescos los integrantes de la 4T. A pesar de sus baños de pureza y de que su mesías les sugiera tener un solo par de zapatos, 200 pesos en la cartera y un volchito, los seguidores de la secta lopezobradorista son todo aquello que critican.

Eso es manifiesto en gente como Rogerio Castro, un maestrito de telesecundaria, que además la hacía de mariachi en un conjunto bastante mediocre, pero que hoy, gracias a la 4T ya come con manteca (lo que no sabemos es si ya aprendió a usar los cubiertos).

Castro Vázquez es un individuo al que por lo que se ve, su tono de piel lo acompleja a grado tal, que utiliza todos los filtros fotográficos habidos y por haber, para tratar de aclarar su tez, pues por lo visto su pigmentación no lo hace precisamente feliz (esto puede observarse con la simple compulsa de sus fotos en sus redes sociales). Tal circunstancia revela una serie de traumas y complejos terribles y mucho más en alguien que se dice servidor público.

Dada su calidad de político arribista y aspiracionista, a pesar de la condena a esta calidad de parte de su mesías, Rogerio se siente tocado por el destino y hecho a mano y no se mueve de los sitios en los que antes, no sólo no era admitido, sino que seguramente era echado, por dar mal aspecto.

Como sea, merced a sus traumas y complejos, Rogerio Castro, como otros miembros de la 4T, no se mueve de los bares, utiliza vehículos distintos al modesto tsuru que usaba su mesías para engañar tarugos, vive inmerso en episodios que lo llevan a suponerse un don Juan y hace todo aquello que antes por su precariedad monetaria le estaba vedado.

Por supuesto, ahora que tiene un átomo de poder, se dedica a realizar mal elaboradas vendettas en contra de aquellos que siente que en el pasado tuvieron cuentas con él o contra aquellos que cree que no se han sometido a su voluntad o deseos y que se han atrevido a contrariarlo.

Tal es el caso de Jacinto Sosa Novelo, un transfuga del panismo, que animado por Joaquín Díaz Mena, se animó a morder la mano que no solamente le dio de comer, sino que además se tendió para rescatarlo cuando fue encarcelado por conducir en estado de ebriedad, aprovechándose de su calidad de diputado local.

Pero más allá del poco agradecimiento que Jacinto exhibió hacia el partido que por muchos años lo cobijó, es un hecho que el oriundo de Valladolid es una persona con cierto oficio y conocimiento del sector público.

De ahí que con la protección y apoyo de Joaquín Díaz Mena, haya conseguido la titularidad del INFONAVIT en nuestra entidad, dependencia en la que hasta la actualidad, Jacinto ha hecho un papel bastante decoroso.

Cabe destacar que después del paso de Ángel Alonso Xacur por la dependencia, casi cualquiera brilla. Para no hacerlo, habría que tener un coeficiente intelectual del nivel de Andrés Manuel López Obrador, que no es casual que esté haciendo tantas barrabasadas en su gobierno, toda vez que no podía esperarse cosa distinta de un individuo que se tardó catorce años en titularse, que no se destaca por brillante, ni por culto y que si obtuvo el grado académico, seguramente fue por hartazgo o conmiseración de sus sinodales.

Pero Jacinto cometió el error de indisponerse con Rogerio Castro. Se atrevió a llevarle la contraria, tuvo la osadía de resistirle, de modo tal que en los círculos morenacos se comenta que el antiguo mariachi aseguró a más de uno, que pediría a las altas instancias su cabeza.

Más aún, aseguran que de manera prácticamente inmediata, está situación se concretará, siendo Jacinto despedido con cajas destempladas, asegurándonos que el oriundo de la Sultana de Oriente no podrá contar con la protección y apoyo de Joaquín Díaz Mena, pues el político al que apodan La Piñata, (porque todos le caen a golpes), ha pactado con Rogerio Castro, con quien se asegura ha hecho provechosos bisnes.

Incluso nos aseguran que el ego de Rogerio Castro ha llegado a tal extremo, que afirma a sus cercanos, que en un descuido, hasta candidato a gobernador resulta. Claro, si Mocita lo permite (vivir para ver).

Lo que es un hecho, es que los integrantes de la 4T se disputan como perros rabiosos el poder y los cargos y consecuentemente, es obligado pensar que rumbo al 2024, las disputas internas serán a muerte, entre el grupo de transfugas panistas que encabeza Huacho y el de renegados priistas que dirige Mocita.

Lo único bueno de esta contienda fratricida, es que cancela prácticamente de facto, cualquier posibilidad que tuviera la chairiza de acceder a la gubernatura o a la alcaldía de nuestra ciudad, así que podemos respirar tranquilos.

Sugiero a nuestros lectores estar pendientes de las benditas redes sociales, pues de concretarse en días próximos el despido de Jacinto Sosa del INFONAVIT, podremos presenciar la cantidad de miasmas y excretas que uno y otro se aventarán, en el ánimo de acabar con el contrario. Será un espectáculo francamente divertido y aleccionador.

Seguimos pendientes…