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La ciudad de Mérida, convertida en una plancha de concreto

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En los últimos años, los índices de calor en la capital yucateca han aumentado. Esto se debe al crecimiento urbano y de la superficie de concreto.

En los últimos años, las temperaturas máximas se han incrementado en la ciudad de Mérida y hace unos siete años se llegó al récord absoluto de calor.

Lo anterior, muy probablemente está relacionado con el aumento del área de concreto y la deforestación, convirtiendo a la capital yucateca en una auténtica plancha.

De acuerdo con información del Observatorio Meteorológico de CONAGUA, ubicado en terrenos del aeropuerto, en los últimos doce años se alcanzó en dos ocasiones el récord absoluto de temperatura máxima en Mérida desde que se llevan registros. 

La primera vez fue en el mes de mayo de 2009 cuando hubo 43.5 grados y, después, en abril del 2015 con 43.6 grados. Esta condición puede ser parte de nuestra variabilidad climática, pero también puede ser por influencia del crecimiento de la ciudad.

Las islas de calor se caracterizan por la marcada diferencia de temperatura observada entre los espacios urbanos repletos de construcciones en comparación con su periferia con más vegetación. 

La distribución espacial de temperaturas de las islas de calor son concéntricas o en forma de domo, si hacemos un corte transversal sobre la ciudad.

La construcción de nuevos fraccionamientos y el crecimiento urbano extienden la plancha de concreto en la Ciudad Blanca, además de que se presenta un mayor grado de deforestación. 

En donde hay más construcciones y masa de concreto, las temperaturas serán mucho mayores que en la periferia, donde existe más vegetación.

Imprescindible plantar árboles

La vegetación es sustituida por superficies de concreto, asfalto, ladrillo y otros materiales de construcción que alteran el balance hídrico y radiactivo superficial, como por ejemplo, la absorción de calor y su lenta dispersión. Incluso al caer la noche, la temperatura se mantiene mucho más alta que en zonas periféricas o comisarías.

Para regular este incremento de las temperaturas y crecimiento de la isla de calor en Mérida es importante reforestar, ya que los árboles proyectan sombra y refrescan el ambiente al no permitir una alta absorción de calor por la superficie. 

De la misma manera, es necesario rehabilitar áreas verdes con pasto y plantas, pues ayudan a crear entornos más frescos en lugar de plataformas de concreto donde se podría cocer un huevo.

Aunque es inevitable y en cierta forma necesario que nuestra ciudad siga creciendo, es importante que se tomen medidas rápidamente, ya que si la isla de calor en Mérida sigue creciendo, en los próximos años se podrían alcanzar temperaturas superiores a los 45 grados, rango que podría convertirse en algo muy peligroso para los pobladores de la Ciudad Blanca. 

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