El trauma que llevó a Allisson Lozz a despreciar el mundo de la actuación
Allisson Lozz accedió a la fama desde los primeros años de su vida. No era sencillo. Y no, no era normal. La industria del espectáculo siente una adoración especial por los artistas infantes. El proceso, en su caso, fue especialmente complicado debido a que desde niña tuvo que lidiar con ese mundo.
La ex actriz, que marcó una era en telenovelas infantiles como Alegrijes y Rebujos, puso el tema sobre la mesa en un en vivo de Instagram en el que recordó cómo fueron sus días en la actuación. «Yo por dentro me moría porque veía a los demás niños jugar. Ser famoso es algo muy difícil. La gente no te busca por quien eres, realmente hay un interés de por medio. No me gustó, yo quiero ser una persona normal». Lozz decidió responder a las dudas más recurrentes de sus seguidores sobre una etapa de su vida que resultó traumática desde diversos puntos de vista.
En el ideario colectivo se ha establecido el cliché de que los actores infantes ganan mucho dinero y resuelven toda su vida a muy temprana edad. Lozz asegura que eso no es cierto. «Ganaba una quinta parte de lo que ganaba una actriz o actor que iba dos o tres veces por semana. Yo trabajaba toda la semana y toda mi familia dependía de mí. Uno no importa. Cuando dices: ‘me siento enferma’, ellos no dicen nada, solo que sigas trabajando», relató la ex actriz que ahora es emprendedora en el ámbito de la belleza y usa su perfil público de Instagram para esa actividad profesional.
Durante ese periodo vio pasar sus años de infancia y adolescencia lejos de la normalidad. «Sufrí muchos gritos, malos tratos, la gente en Televisa era muy cruel. Por eso se cerró Televisa Niños, era excesivo. No íbamos a la escuela, no había tiempo de nada. Por 10 años no hablé de esto, porque estaba en el contrato. Yo lloraba a diario. Si yo me sentía enferma, me gritaban».
Después de lo que vivió durante su carrera en Televisa, la cual terminó en 2008, Allisson se alejó por completo del mundo de la farándula.
Lozz asegura que la explotación que padeció en Televisa invadía también la relación con sus padres, pues era fría y distante. Esos turbios recuerdos vuelven a su rutina cada cierto tiempo de la mano de los fans que quieren conocer más sobre esa época, pero ella ha dejado claro que no quiere saber nada de la fama ni de aquellos días. Hoy tiene una vida completamente diferente. Se casó con Eliu Gutiérrez en el año 2011, y es madre de dos niñas. Radica en Colorado y según contó a la revista People, antes de la pandemia de covid-19 salía a las calles a predicar la palabra de Dios, pues se convirtió en testigo de Jehová tras concluir su carrera en la pantalla chica.
En sus redes sociales, que utiliza con el fin de promover su empresa, y cuando sale a eventos, ha recibido un sinfín de comentarios que hacen alusión a su antigua faceta. Ese hecho ha provocado que sea inevitable para ella traer recuerdos a su memoria de un pasado que quiere desaparecer. Sin embargo, desde hace tiempo tomó la firme decisión de poner un alto.
«Cuando se acercan y me preguntan detalles de mi vida pasada y les cuesta tanto entender el daño que a mí me causa recordar yo digo: ‘¿Por qué? ¿Por qué si he dicho tantas veces que a mí me frustra, que a mí me duele, me lastima recordar mi vida pasada por qué se aferran a seguirme preguntando, a seguirme dañando?”
«Me encanta inspirar a mujeres para mi nueva vida. Si me vas a pedir una foto de mi vida pasada, mi respuesta va a ser ‘no’. Ahora vivo una vida muy feliz. Por fin encontré una vida que se adapta a mis principios». Lozz y este testimonio son un punto y aparte en su vida. No quiere volver a un pasado que la lastimó y cuyos efectos prevalecen hasta la actualidad. Lejos del mundo de caramelo de las telenovelas infantiles, hoy vive una nueva vida, la que siempre quiso tener, sin reflectores ni fama.