México

Urnas vacías este 10 de abril

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Como si en este país tuviéramos abundancia de recursos y no existieran muchas otras cosas más importantes en las cuales gastar, por capricho presidencial, este domingo 10 de abril, se llevará a cabo la consulta popular para la revocación de mandato.

Andrés Manuel López Obrador en su afán de mantener la polarización social que ha promovido desde el primer día de su mandato y buscando de manera desesperada distractores que desvíen la atención de la gente de la cada vez más evidente corrupción que caracteriza a su gobierno, determinó llevar a cabo este ejercicio, destinado a funcionar como cortina de humo.

Para ello, no le ha importado pasar por encima del INE al no dotarlo de los elementos necesarios para el debido cumplimiento de sus funciones.

Tampoco le ha importado convertir a funcionarios de su gobierno en promotores de su despropósito y que se destine a esta consulta ociosa, una importante cantidad de recursos, que bien pudieran canalizarse hacia otros rubros.

Por otra parte, destacados integrantes de MORENA, el engendro creado por López Obrador, se dedican a recorrer los municipios, buscando intimidar a los alcaldes o incentivar su ambición, en aras de propiciar la participación ciudadana en una actividad que no despierta el menor interés.

En similar orden de ideas, integrantes de los llamados vividores de la nación visitan cada colonia de las distintas ciudades de nuestro país, en busca de amedrentar a los beneficiarios de los distintos programas sociales con la pérdida del apoyo que perciben, si no votan a favor de la continuidad presidencial.

Lo anterior es absolutamente falso, habida cuenta que los programas sociales existen desde siempre y se mantienen con independencia de la extracción partidista de la administración en turno. Solamente cambian de nombre.

Participar en la consulta popular de este diez de abril, es absurdo, toda vez que Andrés Manuel López Obrador es un pésimo perdedor que no sabe aceptar de manera honorable sus reveses. Si no lo hizo antes como candidato, mucho menos aún lo hará como detentador del poder.

Por otra parte, participar votando sea a favor o en contra de la administración lopezobradorista, es contribuir a los objetivos presidenciales, de seguirse presentando como un gran factor para la movilización social.

Empero, López Obrador teme que la participación sea tan baja, que no pueda justificar su arraigo social, pues para el presidente cualquier cifra inferior a los treinta y un millones de votos, será un estrepitoso fracaso. La estrategia para justificarlo, será culpar al INE.

De tal suerte, no se necesita ser un mago, ni tampoco un genio, para discurrir que de manera posterior al diez de abril, se avecina una embestida feroz contra el órgano electoral, siendo a nosotros los ciudadanos, a los que nos toca defenderlo.

De manera increíble, los partidos políticos (el que usted guste), tal parece que han sido emasculados y en vez de orientar a la ciudadanía respecto a la farsa que significa la revocación de mandato y llamar a abstenerse de participar, motivando a la gente a la posterior defensa del árbitro electoral, guardan un vergonzante silencio.

Nos toca a los ciudadanos constituirnos en defensores y garantes de nuestra democracia e instituciones. Para ello, lo primero que debemos hacer es evitar caer en el garlito oficialista de la simulada democracia participativa.

Este próximo domingo diez de abril, dedícalo estimado lector a la devoción (es Domingo de Ramos e inicia la Semana Santa), dale tiempo a la familia y aprovecha el intenso calor para dar una vuelta a cualquiera de nuestras playas, distrae tu ánimo y tu atención de los problemas de la vida cotidiana, viendo una película o un encuentro de tu deporte favorito, pero no pierdas el tiempo, ni te prestes al juego perverso del presidente.

Este 10 de abril, urnas vacías y después de ello, que López Obrador termine y se vaya a la Chingada. Es momento de pararlo en seco, antes que sea tarde.

Seguimos pendientes…

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