Novedades de la política local
Recientemente reaparecieron Ana Rosa Payán y Dulce María Sauri con motivo de la develación de no se que placa. Lo hicieron junto con el alcalde de nuestra ciudad, que manda de esta manera, un mensaje consistente de ser el más fuerte aspirante rumbo a la primera magistratura estatal.
Queda claro que Renán está haciendo lo correcto, tratando de sumar voces y figuras en torno a su proyecto, ni duda cabe. Pero la foto de la ex gobernadora y la de la ex alcaldesa, pudo haber sido mejor aprovechada.
Lo decimos porque en el pasado, se hablaba de un evidente distanciamiento entre ambas ex funcionarias. En aquel entonces, los jilgueros de ambas hablaban de una guerra entre la flor de mayo y la rosa.
Y la fotografía deja claro que al parecer las hostilidades, si bien soterradas, aún continúan, toda vez que Ana Rosa se mantuvo pegada a Renán y Dulce María a significativa distancia de su contendiente de antaño.
La gráfica habría valido un Perú si Renán hubiese tenido a cada lado a cada una de ellas y las hubiera abrazado, pero al parecer a nadie se le ocurrió un expediente tan sencillo, pero a la vez significativo. En política la forma es fondo.
Por otro lado, vale analizar el costo-beneficio de incorporar figuras contrapuestas, de tan elevado amor propio y que al parecer no han fumado la pipa de la paz, pues en vez de sumar, podrían ser factores de discordia, toda vez que no se caracterizan ambas por la firmeza de sus convicciones, siendo de todos conocidos, sus coqueteos y devaneos políticos.
Amén de lo anterior, más allá de lo mediático, al tratarse de una ex titular del ejecutivo estatal y de una ex presidenta nacional del PRI (la que entregó el poder a la oposición) y una ex alcaldesa y ex funcionaria federal, poco o nada aportan en lo que se refiere a operación y valor político, habida cuenta de que ambas carecen de equipo político propio.
La verdad es que Dulce nunca tuvo propiamente grupo (siempre medró a la sombra de Cervera Pacheco) y en el caso de Ana Rosa, su salida del panismo provocó que sus seguidores buscarán otro cobijo.
Será interesante saber si Renán es capaz de mantenerlas sosegadas y a raya y de sacar lo mejor de ambas, si es que esto fuera posible.
Por otra parte, pudimos enterarnos recientemente que uno de los invitados que se dejaron ver en el festejo del cumpleaños de Mauricio Sahui, ex candidato del PRI a la gubernatura, fue el ex diputado local, Manuel Díaz Suárez, conocido popularmente como el Doctor Diablito.
No sería raro que el afamado galeno chuy luz regresara al partido de sus orígenes (dicen que un viejo amor, ni se olvida, ni se deja). Lo curioso es que se dejara ver en el festejo de un militante priista, al que tirios y troyanos ubican en MORENA.
Y curiosamente, pudimos saber que el Doctor Diablito, anda muy acucioso averiguando las estadísticas de popularidad del presidente de la república, pensando tal vez ilusamente que entre el Lopezobradorismo podrá obtener la candidatura a diputado federal o a la alcaldía que no tuvo el talento, de saber ganar en el blanquiazul.
No dudamos que Manuel conserve aún algún simpatizante en el que fuera su distrito. Es difícil no deberle algo a un médico. Pero si cree que el panismo masivamente va a abjurar de su credo político para pasarse a las filas morenistas, esta muy extraviado y más en estos tiempos de crisis económica e inflación, en que todos los ciudadanos libres le recordamos su ascendencia materna al macuspano, a la vista del creciente deterioro de nuestra calidad de vida.
En MORENA, Manuel que se ha pronunciado públicamente contra el aborto y el matrimonio igualitario no tiene cabida alguna, sin dejar de considerar que la chairiza lo identifica totalmente como panista y por tanto, será repudiado y defenestrado, lo mismo que Huacho Díaz.
Y además de todas estas lindezas, la soberbia, la necedad, la nula capacidad de empatía y negociación y la carencia de un padrino que prohije sus aspiraciones, son circunstancias que incidirán de manera determinante para que el Doctor Diablito, se vaya a seguir quedando con las ganas de verse en el congreso federal o como ocupante de la silla preferencial del Cabildo.
Recientemente supimos que se dice que en el PRI se practica un nuevo deporte: péguele a Pancho Torres. La realidad es que el aún presidente estatal del tricolor, no siente lo duro, sino lo tupido, debido no sólo a su pretendido afán de manejar el partido como si fuera su feudo, ignorando a parte esencial de su propia directiva, como es la Secretaria general, Lila Frías, sino que además, su gestión es gris y anodina y no ha hecho maldita sea la cosa a favor de la militancia.
Como el mal ejemplo cunde, su tocayo y presidente del comité municipal priista, Francisco Medina Sulub, es otro zángano, que se limita a cobrar su sueldo y que ni siquiera se ha preocupado porque se nombre nueva secretaria general, que ocupe el cargo que dejara Alejandrina León.
Si los Panchos (Torres y Medina) tuvieran un átomo de dignidad y vergüenza, debieran poner a disposición del Consejo Político sus renuncias y ofrecer disculpas a la militancia priista por su notoria incapacidad.
Lo mejor que pudiera sucederle al tricolor es que este par de vividores, buenos para nada, renunciaran o fueran destituidos, para poner alguien que si estuviera dispuesto a trabajar.
Estos son los detalles más relevantes del ámbito político local de momento. Tengamos claro que aún veremos cosas peores.
Seguimos pendientes….