Opinión

Panorama político en Yucatán para 2022

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El año que inicia no implica la celebración de procesos electorales en nuestra entidad. A pesar de ello, los diversos institutos políticos se aprestan a ir preparando la que se contempla como una de las batallas más trascendentales en la historia: la de 2024.

En 2024 muchas cosas podrían cambiar y ello depende de lo que desde ahora, se haga o deje de hacer desde el interior de todos los partidos políticos.

Un aspecto a tener en consideración, es que para el 2024 todos necesitarán de todos. Prácticamente ningún partido por si solo, será capaz de prevalecer. Las alianzas serán determinantes en el resultado electoral.

Las alianzas, debemos resaltarlo, podrán darse entre institutos políticos o con diferentes sectores sociales. De ello dependerá cuánto acontezca en el próximo proceso a realizarse. Veamos:

Para el PAN, el reto es no caer en los excesos de confianza, que podrían ocasionar ser el partido que gobierna en nuestra entidad, con mayoría legislativa y la capital del estado, en la que se han reelecto, con aparente comodidad.

Para los panistas elegir los mejores perfiles para las posiciones en juego, es el reto, pues implica hacerlo, sin conflictos, ni fracturas. Si los panistas marchan juntos, unidos, rumbo al 2024 y saben hacer las alianzas pertinentes, serán un hueso muy duro de roer.

Empero, pese a la necesidad de alianzas, con diversos estamentos sociales y corrientes de otros partidos, los panistas no deben olvidar ni descuidar sus principios y valores y aquellos segmentos que constituyen su fuerza tradicional. Del equilibrio entre ambos factores, depende gran parte del éxito futuro.

Para el PRI, el panorama es poco halagador. Para el otrora invencible, el reto es la supervivencia, para no terminar desintegrado. Las alianzas para el tricolor son medulares.

Es preciso que los priistas entiendan que aliarse con MORENA implica terminar, más temprano que tarde, por desaparecer, absorbidos por la atracción del partido gobernante y que la única opción de supervivencia que tienen, aunque a muchos no les guste, es sumarse al PAN, en el ánimo de enfrentar al poderoso enemigo común.

Pero a ello, deberemos añadir el talento para superar la escasez de recursos, la apertura a la sociedad, permitiendo la incorporación de nuevos cuadros y sobre todo, la depuración interna, que implica librarse de todos sus lastres (ahí es donde la puerca torció el rabo).

El PRI por lo que parece, deberá resignarse a ver 2024 como comparsa y no como protagonista. Pará que suceda algo distinto, se necesita de Dios y su ayuda. Pero nada es imposible, en política, todo puede suceder.

El PRD deberá conformarse con seguir nadando de muertito y con su papel de partido rémora. Pueden darse por bien servidos conservando el registro. Las alianzas pueden ayudar para ello. Sus posibilidades de acceso al poder en el estado o en esta capital, son nulas.

Movimiento Ciudadano es un partido que tiene un panorama promisorio. Fue el único partido que creció en términos reales en 2021 y en nuestra entidad pudo haber tenido mejores resultados, si hubiese contado con mejor financiamiento.

Al contar ya con registro estatal, Movimiento Ciudadano tiene perspectivas interesantes, si consigue ajustar algunos detalles al interior y también en función de las alianzas con grupos sociales y partidistas que consiga hacer.

Movimiento Ciudadano no debe olvidar dos cosas: el ABC de la política y que nuestro estado, a pesar de lo que muchos quisieran, es todavía una entidad conservadora. Si consigue entender y balancear ambos factores, puede crecer mucho.

MORENA y sus partidos satélites en apariencia no tienen pies ni cabeza. Su quehacer es en apariencia caótico y las rencillas y golpes bajos entre las diversas tribus que coexisten al interior de la mal llamada cuarta transformación, son el pan nuestro de cada día.

Pero cuidado: MORENA y sus paleros en 2024 serán seguramente otra cosa. Y tras haber vencido en Campeche, como seguro lo harán en Quintana Roo, no dudemos que quieran también tener Yucatán bajo su égida.

En su contra tienen el conservadurismo proverbial de los yucatecos. Empero, las rencillas y fracturas partidistas resultantes de otros institutos políticos, sabemos que son el germen que nutre el crecimiento morenista.

Además el aura de poder atrae y no es posible hacer de lado, que muchas figuras estarán ávidas de querer hacer méritos a los ojos de quienes en apariencia tienen la sartén por el mango en nuestro país.

No podemos menospreciar tampoco la capacidad del gobierno federal para otorgar dádivas o apoyos, ni tampoco su capacidad para censurar o reprimir la disidencia, que pocos están dispuestos a desafiar.

Pesé a lo anterior, MORENA en Yucatán carece de cerebro en su dirigencia, de corazón en su militancia y de capacidad en sus manos (operadores), porque agrupa a un atajo impresentable de arribistas y mercenarios, que si bien apestan a la opinión pública, pueden resultar a la postre, seductores por su capacidad financiera.

La diferencia entre todos los factores ya consignados, la significará el elemento humano. Los perfiles que cada partido integre, marcarán la distancia entre ganar o perder. Vienen, como consigna la maldición china, tiempos interesantes que nos toca vivir.

Seguimos pendientes….

2 comentarios en «Panorama político en Yucatán para 2022»

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