Internacional

Un sacerdote ortodoxo grita hereje a Francisco en Atenas

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Este incidente no empaña la visita de Francisco a Grecia, que se produce en un clima muy diferente respecto a la que realizó el papa Juan Pablo II en 2001

Un anciano sacerdote ortodoxo gritó al papa Francisco que era un “hereje” cuando éste se disponía a entrar al arzobispado en Atenas y fue alejado por la policía.

“Papa, eres un hereje”, gritó el anciano cuando el pontífice estaba entrando al arzobispado para realizar una visita a la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II.

Inmediatamente la Policía intervino y alejó al religioso de la zona.

Este incidente no empaña la visita de Francisco a Grecia, que se produce en un clima muy diferente respeto a la que realizó el papa Juan Pablo II en 2001 y que contó con una neta oposición de los ortodoxos más conservadores y fundamentalistas.

En tanto, el papa trató de animar hoy a la pequeña comunidad católica de Grecia, que no llega al 1 por ciento de la población y que está formada sobre todo por inmigrantes, al asegurarle que “ser minoría no es ser insignificantes” cuando se encontró con una representación de ellos en la Iglesia de San Dionisio, en Atenas, donde llegó procedente de Chipre.

“Tantas veces tenemos la obsesión de aparecer, de la visibilidad, pero en el reino de Dios no hay manera de llamar la atención”, les dijo a religiosos y religiosas del país, antes de añadir: “Ser una minoría, en el mundo entero de la Iglesia, no quiere ser insignificantes”.

El papa les habló del apostol San Pablo, que “en Atenas estaba solo, superado en número y tenía escasas posibilidades de éxito, pero no se dejó vencer por el desánimo, no renunció a la misión ni se dejó atrapar por la tentación de lamentarse”.

“A nosotros, como Iglesia, no se nos pide el espíritu de la conquista y de la victoria, la magnificencia de los grandes números, el esplendor mundano. Todo eso es peligroso, es la tentación del triunfalismo. A nosotros se nos pide que sigamos el ejemplo del granito de mostaza, que es ínfimo, pero crece humilde y lentamente; es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece se convierte en un árbol”, añadió.

En Grecia, los católicos son cerca 200 mil, de los cuales solo decenas de miles son griegos, ya que el resto son sobre todo trabajadores migrantes que han hecho que la presencia de católicos se haya duplicado en los últimos 30 años.

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