Francisco pide perdón a México por pecados personales y sociales que no contribuyeron a evangelización
“Celebrar la Independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso, me uno a la alegría de esta celebración», escribió el Pontífice en una carta enviada a México.
FOTO: Presidencia
“En diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”, expresó Francisco en una carta enviada al Gobierno de México con motivo de los 200 años de la Consumación de la Independencia.
Durante la conferencia matutina de este lunes, se reprodujo un video en el cual Rogelio Cabrera, presidente del Episcopado Mexicano, dio lectura al texto enviado por el sumo Pontífice.
“Celebrar la Independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso, me uno a la alegría de esta celebración y, al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los constituyen como nación”, escribió Francisco.
“Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado que han sido muy dolorosos”.
No obstante, Francisco señaló que tampoco se pueden ignorar las acciones que en tiempos más recientes se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento.
“Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos en vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de intereses particulares, las tensiones y los conflictos”, subrayó.
El líder católico consideró que la conmemoración de los 200 años invita a mirar no solo al pasado para fortalecer las raíces, sino también a seguir viviendo el presente y a construir el futuro con gozo y esperanza, reafirmando los valores que han constituido e identifican al pueblo mexicano.
Asimismo, agregó que otro acontecimiento que marcará el itinerario de fe para la Iglesia mexicana en los próximos años será la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
“En esta conmemoración es bello recordar, como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano con ocasión del 175 aniversario de la Independencia nacional: la imagen de la Virgen de Guadalupe tomada por el padre Hidalgo del santuario de Atotonilco simbolizó una lucha y una esperanza que culminó en las Tres Garantías de Iguala, impresas para siempre en los colores de la bandera”, enfatizó.
“María de Guadalupe, la Virgen Morena, dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano no sólo en México, sino en todas las Américas. Que ella siga siendo para todos ustedes la guía segura que los lleve a la comunión y a la vida plena en su hijo, Jesucristo. Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México y la Virgen santa los cuide y ampare con su manto celestial”.